
No representa la mayoría, pero sí el más militante en el gremialismo: el baúl de miembros del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) que, tradicionalmente y con malas artes, se ha impuesto en los 22 procesos electorales celebrados por ese gremio profesional desde su creación, en su segunda etapa, en el año 1991.
Obviamente, la pregunta que surgiría a cualquier observador sería, ¿si estos periodistas no son los mejores y capaces para defender los intereses de los profesionales de la comunicación por qué ganan las elecciones? Aunque la respuesta parezca difícil, no resulta así, si se ahonda en la formación profesional en el país.
El Movimiento Marcelino Vega, que ha presidido en CDP, a excepción de cuatro años, ha utilizado diferentes estrategias, aprovechando la ausencia del pensamiento crítico en muchos de los miembros para permanecer en el poder.
Entre esas estrategias figuran la incorporación de supuestos periodistas carentes de titulación universitaria, uso del nombre del CDP para agenciarse recursos económicos y utilizarlos en actividades clientelares a fin de obtener votos y la designación de comisiones electorales serviles que han manipulado antojadizamente determinados procesos.
Volvamos a la formación universitaria. El pensamiento crítico resulta vital en el periodismo, por su rol estelar en la promoción del desarrollo económico y social.
Esto así, porque consiste en la herramienta cognitiva que, a través de la reflexión, posibilita la toma de decisiones utilizando el razonamiento lógico.
El deterioro económico y moral del CDP está a la vista de la sociedad dominicana. De haber existido una elevada masa crítica de periodistas, el Marcelino Vega, a pesar de sus mañas, no estaría al frente de la entidad; y, por el contrario, se ha aprovechado de esa debilidad con el propósito de afianzarse en la medida en que ha pasado el tiempo.
La ausencia de una masa de pensamiento crítico no constituye una cuestión solo de la comunicación social, sino que se extiende a la casi generalidad de formación universitaria de República Dominicana. Forma parte de un esquema diseñado para propiciar una especie de analfabetismo funcional.
Especialistas han identificado que el analfabetismo funcional no es un accidente, sino que se trata de una doctrina, una estrategia silenciosa para el control y manipulación de sociedades, especialmente aquellas en vía de desarrollo y geopolíticamente marcadamente dependientes.
La situación resulta más preocupante cuando eso llega a la formación académica de los periodistas. El resultado radica en que a los futuros profesionales se les enseña a escribir, pero no a entender la cotidianidad, ni mucho menos a auscultar los contextos en los que se producen los acontecimientos; a ser incapaces de leer el trasfondo de las cosas
El Movimiento Marcelino Vega no quiere miembros en el Colegio de Periodistas capaces de razonar adecuadamente. No quiere votantes que interpreten sus trampas. No quiere que los nuevos profesionales ingresen a la institución. Prefieres analfabetas funcionales.
También le gustan las comisiones electorales que cumplan con sus deseos. Y esto al poder también le encanta, y por eso lo respalda.
En las elecciones recién pasadas en el CDP, volvió a repetirse la historia no sólo como farsa, sino como tragedia, en palabras de Carlos Marx en su clásica obra “18 de brumario de Luis Bonaparte”. La Comisión Electoral concluyó con la entrega de unos resultados generales “chuecos”, con cifras que no cuadran de conformidad a algunas actas notificadas por determinadas seccionales.
Lo que sí es una necesidad es el aumento de la masa crítica de periodistas dominicanos.