SANTO DOMINGO.- El director del Gabinete de Innovación de la Presidencia de la República, Bartolomé Pujals, pidió este martes al Gobierno recuperar “el sentido común” y explorar otras fuentes para atender las necesidades y no recortar los fondos destinados a Educación en el Presupuesto General del Estado.
Pujals recordó que la lucha por el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) unificó a toda la sociedad dominicana, logrando una victoria ciudadana que puso contra las cuerdas a una clase política acostumbrada a evacuar leyes que luego no cumplen.
El funcionario publicó varios mensajes a través de su cuenta de Twitter, en donde advirtió que si el Gobierno, del cual forma parte, insiste en actuar al margen de esta conquista se pondría en una difícil situación frente a la ciudadanía.
“Lo obvio no merece ese esfuerzo. Sencillamente si el gobierno (del cual soy parte) insiste en actuar al margen de esta conquista se pondría en una difícil situación frente a la ciudadanía. La Constitución dominicana es clara. Esta pelea con la sociedad es innecesaria y peor aún…sería auto provocada. Si algo definen los presupuestos de un gobierno son las políticas con las que está comprometida. Y la educación debe ser siempre prioridad nacional. Lo es, porque sencillamente sin una buena educación la gente no puede avanzar en sus proyectos de vida», sostuvo.
Precisó que la educación y la salud son prioridad, por lo que llamó al Gobierno a no perder el norte y no volver atrás.
«Esta discusión debe ser sobre cómo mejorar las metodologías pedagógicas, cómo diseminamos los liceos científicos por todo el país. Cómo transformamos la educación técnico profesional para que nuestros jóvenes accedan al mercado laboral y a mejores salarios», expresó.
A continuación, los mensajes publicados por Bartolomé Pujals en su cuenta de Twitter:
“Frente a la pretensión de recortar fondos públicos del gasto en educación, me veo en la obligación de expresar mi desacuerdo a través de algunas ideas.
“Si ha habido un proceso de lucha que unificó a toda la sociedad dominicana en un sólo cuerpo fue precisamente la que se produjo en torno al cumplimiento del mandato del gasto mínimo para la educación pública ordenado por la ley Núm. 66-97 del 9 de abril de 1997.
“Cuando se promulgó la ley General de Educación en el año 1997 se dio un plazo de 2 años para cumplir con el mandato contenido en el Art.197 de la ley 66-97, estableciendo que la inversión en educación no fuera menor al 16 % del gasto público total o en su defecto el 4 % del PIB.
“Fueron 13 años de luchas y reclamos sociales para llevar al gobierno de la nación a su propia legalidad. Una victoria ciudadana que puso contra las cuerdas a una clase política acostumbrada a evacuar leyes que luego no cumplen. La idea aquí es obviar el debate constitucional.
“Lo obvio no merece ese esfuerzo. Sencillamente si el gobierno (del cual soy parte) insiste en actuar al margen de esta conquista se pondría en una difícil situación frente a la ciudadanía. La Constitución dominicana es clara. Esta pelea con la sociedad es innecesaria y peor aún…sería auto provocada. Si algo definen los presupuestos de un gobierno son las políticas con las que está comprometida. Y la educación debe ser siempre prioridad nacional. Lo es, porque sencillamente sin una buena educación la gente no puede avanzar en sus proyectos de vida.
“Vayamos a los argumentos urgentes. Si bien es cierto que la calidad en la ejecución del gasto público en educación nos ha dejado un mal sabor, no es menos cierto que no debemos caer en esa trampa. El país tiene por delante la gran tarea de resignificar la educación».
“No son inventos. Sólo hay que recoger el desempeño de nuestros estudiantes en las evaluaciones internacionales o tomar como testigo lo que manifiestan los indicadores internacionales en innovación y competitividad. Nuestro talento humano va en desventaja.
“Esta discusión tendría que ser por otros motivos. Es colocarla en lo importante. ¿Cómo formar mejor capital humano? ¿En qué competencias? ¿En qué plazo? En fin, que la gran apuesta son los maestros, estudiantes y el contenido. Para eso nunca sobrarán los recursos.
“Por eso animamos a los agentes del gobierno a girar la torta. Esto pasa por diseñar un mejor currículum. Tomando en cuenta las competencias modernas que demanda el mercado laboral como resultado del influjo de la nueva economía y la transformación digital.
“Para eso nuestros niños deben recibir mejor formación en matemáticas, lengua, artes e inglés. Necesitan dominar el pensamiento crítico y creativo para aprovechar las oportunidades de empleo que se darán de cara al corto y mediano plazo.
“Los datos están ahí y la oportunidad de dar el gran salto al desarrollo está frente a nosotros. Como país definimos si queremos ser una colonia digital o si por el contrario decidimos ser un actor relevante a nivel regional y por qué no, global.
“El mercado demandará cada vez más programadores, desarrolladores de software y aplicaciones. Por ahí va el mundo. Nos abrimos a un cambio de época que implica programar para la vida. De construir las capacidades para ser un país a prueba de futuro.
“Esta discusión debe ser sobre cómo mejorar las metodologías pedagógicas, cómo diseminamos los liceos científicos por todo el país. Cómo transformamos la educación técnico profesional para que nuestros jóvenes accedan al mercado laboral y a mejores salarios.
“La Política Nacional de Innovación 2030 debe ser el punto de partida. Porque en el corazón de la misma está el desafío del talento humano. Si queremos innovar y crear las empresas de la nueva economía, elevar la calidad de la educación es inaplazable.
“Recuperemos el sentido común. Atendamos lo urgente y exploremos otras fuentes para atender las necesidades del gobierno. La educación y la salud son prioridad. No perdamos el norte. No volvamos atrás”, escribió Pujals.
Frente a la pretensión de recortar fondos públicos del gasto en educación, me veo en la obligación de expresar mi desacuerdo a través de algunas ideas que compartiré en el siguiente hilo. (ABRO HILO).
— Bartolomé Pujals (@BartolomePujals) September 6, 2022
Si ha habido un proceso de lucha que unificó a toda la sociedad dominicana en un sólo cuerpo fue precisamente la que se produjo entorno al cumplimiento del mandato del gasto mínimo para la educación pública ordenado por la ley Núm. 66-97 del 9 de abril de 1997.
— Bartolomé Pujals (@BartolomePujals) September 6, 2022
Cuando se promulgó la ley General de Educación en el año 1997 se dio un plazo de 2 años para cumplir con el mandato contenido en el Art.197 de la ley 66-97, estableciendo que la inversión en educación no fuera menor al 16% del gasto público total o en su defecto el 4% del PIB.
— Bartolomé Pujals (@BartolomePujals) September 6, 2022
Fueron 13 años de luchas y reclamos sociales para llevar al gobierno de la nación a su propia legalidad. Una victoria ciudadana que puso contra las cuerdas a una clase política acostumbrada evacuar leyes que luego no cumplen. La idea aquí es obviar el debate constitucional.
— Bartolomé Pujals (@BartolomePujals) September 6, 2022
Lo obvio no merece ese esfuerzo. Sencillamente si el gobierno (del cual soy parte)insiste en actuar al margen de esta conquista se pondría en una difícil situación frente a la ciudadanía. La constitución dominicana es clara. Esta pelea con la sociedad es innecesaria y peor aún…
— Bartolomé Pujals (@BartolomePujals) September 6, 2022
sería autoprovocada. Si algo definen los presupuestos de un gobierno son las políticas con las que está comprometida. Y la educación debe ser siempre prioridad nacional. Lo es, porque sencillamente sin una buena educación la gente no puede avanzar en sus proyectos de vida.
— Bartolomé Pujals (@BartolomePujals) September 6, 2022
