WASHINGTON.— El Banco Mundial dijo el jueves que la evasión fiscal sugerida por la filtración masiva de documentos pertenecientes a un bufete panameño debilita la lucha contra la pobreza global.
“Cuando hay evasión de impuestos, cuando los activos públicos son extraídos y colocados en estos paraísos, todas estas cosas pueden tener un efecto excepcionalmente negativo en nuestra misión de erradicar la pobreza”, dijo el presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim en conferencia de prensa.
Kim indicó que una cantidad no determinada de países en desarrollo le han pedido ayuda para rastrear el manejo de fondos a través de un programa para recuperar activos robados -conocido por sus siglas en inglés como Star- para reutilizarlos en el combate a la desigualdad.
“Cuando exfuncionarios gubernamentales salen de un país y llevan fondos públicos con ellos, tenemos que rastrearlos y exactamente eso hacemos”, indicó.
“Lo hemos hecho durante 20 años, y debemos continuar”. La filtración de documentos pertenecientes al despacho jurídico Mossack Fonseca arrojó luz sobre cómo personalidades acaudaladas, entre ellos algunos jefes de Estado, ocultan su dinero en jurisdicciones con ventajas fiscales.
Kim agregó que además ha notificado a los países en desarrollo la disponibilidad del Banco Mundial para ayudarlos a crear esquemas tributarios eficientes y transparentes.
“He estado en muchos países donde los únicos que pagan impuestos son aquellos tan débiles que no pueden negarse a pagarlos.
Ves sistemas donde los ricos no pagan y los pobres sí”, sostuvo. La directora del Fondo Monetario Internacional Christine Lagarde exhortó a los 189 estados miembros a mejorar la cooperación internacional y el intercambio automático de información financiera.
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“La política fiscal se considera como un asunto interno, asociado a la soberanía, pero la cooperación internacional debe ser mejorada de manera significativa y estaremos gustosos en ayudar”, indicó.
Kim y Lagarde ofrecieron el jueves conferencias de prensa para inaugurar la reunión primaveral que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial celebran de manera conjunta esta semana en la capital estadounidense.
Ambos organismos ajustaron a la baja sus pronósticos de crecimiento de la economía global para 2016, una muestra de que la fragilidad continúa pese a que han transcurrido ocho años desde la gran recesión de 2009.