Invitados al almuerzo del grupo de Comunicaciones Corripio, el Banco de Alimentos RD, encabezados por los señores padre Domingo Legua; fundador presidente, Julinna Staffeld; directora y Fernando Langa; junta directiva/foto José de León
SANTO DOMINGO.- Escuchar a las gentes de la zona norte de la ciudad decirle: “¡Ay.. padre, no tengo nada para mis hijos!”, o a las 10:00 p. m. “aún no he desayunado”, motivó al religioso Domingo Legua a fundar hace 13 años el Banco de Alimentos, una ONG sin fines de lucro, que hoy beneficia a nivel nacional a más de 200 instituciones benéficas y asegura la nutrición de unas 20 mil personas diarias.
La idea que en principios le creó incertidumbre por no saber sí llenaría la necesidad primaria de suplir alimentos a gentes en condiciones vulnerable, hoy gracias al apoyo de muchas entidades se ha convertido en el referente más confiable en la recepción y donación de alimentos.
Solo en el 2020 superaron el reparto de diez millones de raciones de comida.
La cantidad de alimentos que se desperdicia en el mundo podría combatir gran parte del hambre que registra la población.
Por ser un proyecto modelo rescatando alimentos, reciben una subvención del Gobierno de 1 millón 800 mil pesos a través del Programa Supérate y un millón de Agricultura, recursos que son insuficientes.
Demandan ley
Sin embargo, su gran dilema, además de captar, incentivar a que más entidades públicas y privadas, como además particulares se sumen en calidad de donantes a fortalecer la iniciativa para que colaboren con productos y otros recursos en la lucha contra el hambre, les urge el que se apruebe la Ley de Pérdida de Alimentos (APD) que establecería normas que garanticen, promuevan y regulen el aprovechamiento de residuos alimenticios orgánicos e industriales.
La información la ofrecieron el padre Domingo Legua, fundador-presidente del Banco de Alimentos, la directora ejecutiva Julinna Staffeld y Fernando Langa, legal de la Junta Directiva.
Al participar en el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, junto a Ricardo Gadala-María y Fernando Quiroz, voluntario en Comunicación, los ejecutivos resaltaron además, que la práctica de donar alimentos, no como un acto de caridad, ayuda a combatir la inseguridad alimentaria e incluso el cambio climático.
Fernando Langa afirma que el Estado es quien está supuesto en garantizar la seguridad alimentaria. “Nosotros frente a esa realidad, el banco ha venido a suplir esa necesidad, pero lo que más nos interesa es tener las donaciones correspondientes. Ahora se crea un problema con las instituciones que donan y es que pueden comprometer su responsabilidad civil y reputacional”, explicó Langa tras especificar la necesidad de que las ayudas no les creen a los donantes ningún tipo de contingencia.
Tanto él como Staffeld piden que las empresas facilitadoras de sus excedentes o sobrantes estén libres de responsabilidad, ya que es una de las limitaciones que tienen. Otra de las dificultades es que solo se permite donar un cinco por ciento de la red disponible.
“Ahora la Dirección de Impuestos Internos va a considerar eso como un gasto no reconocido, afectando la seguridad, algo que la Constitución misma prevé la seguridad alimentaria, y sin ningún tipo de miramiento esta siendo violada por una disposición tributaria que también es entendible”, explicó Fernando Langa.
Insistió en que se establezcan los reglamentos para que la gobernanza tributaria no se vea en juego. Julinna especificó que en el 2018 se aprobó una Ley de la Pérdida de Alimentos, que reposa en el Senado y se requiere sea promulgada para que donaciones no se vean afectadas. Refirió que la normativa 09 -21 establece que productos que no pueden ser comercializados se destruyan, pudiendo ser aprovechados.
Refirió que la ONG se encarga de captar alimentos para donar a instituciones con inseguridad alimentaria, contribuyendo al ejercicio de su responsabilidad social, y favoreciendo a hogares de niños abusados y huérfanos, adultos mayores, adictos en recuperación o discapacitados que demuestran la necesidad de sus servicios.
Centros donación, y retos que tienen
Aportes. La entidad cuenta con cuatro centros de acopios para que la gente realice sus donaciones, ubicadas en la tiendas PriceSmart, como además se aprestan a establecer un nuevo módulo en Santiago.
En el Banco de Alimentos desarrollan campañas de captación en empresas, colegios privados y a través de actividades artísticas culturales. Este año pretenden superar la meta de rescate y donación de un millón 250 mil kilos, docientos toneladas de alimentos con énfasis en productos del agro. Demandan un local de más de mil metros cuadrados que les permita ampliar su bodega y las oficinas administrativas.
“A nivel mundial la tres cuarta parte de alimentos van a parar al zafacón, y en América Latina un 14 por ciento”.
Julinna Staffeld
Directora ejecutiva