*Por Jesús Díaz
La sociedad dominicana y sus sueños de superar las carencias económicas que nos agobian no pueden estar cifrados por el juego de azar, el estado que es el regulador social ha permitido la proliferación de bancas de apuestas tanto legales como ilegales y es que por cada escuela pública hay 154 bancas de apuestas.
La esperanza no puede ser el juego, y menos en una sociedad como la nuestra donde el salario mínimo en una de sus escalas se ubica en RD$6,925 pesos. La pobreza y la desigualdad social hay que combatirla con más y mejor educación donde se formen hombres y mujeres con sentido de crecimiento y desarrollo en base al estudio y trabajo digno.
Nuestras necesidades básicas siguen siendo las mismas de hace 50 años pero con el agravante del consumismo impuesto por el sistema capitalista que minuto a minuto nos ofrece productos que satisfacen unas necesidades creadas para el simple gasto, una de ellas el juego de loterías que por día se realizan 5 sorteos y RD$300 millones de pesos jugados diarios al año eso representa RD$100 mil millones de pesos.
Esto sin sumarle la cantidad de máquinas tragamonedas que de manera ilegal operan en negocios de nuestros diferentes barrios. Pero la realidad cambia al saber que la cantidad de bancas ilegales son más que las legales y la cantidad de dinero jugado por día y por años es mucho mayor.
Salir de la pobreza y miseria creando ludópatas genera mayor sufrimiento a nuestro pueblo que no solo se convierte en jugador compulsivo sino que los programas de asistencia del gobierno lo acomodan a una realidad de mantenidos social y enfermos mentales Las formas de adquirir riquezas por esta vía, seguirán siendo mínimas por no decir ninguna el azar y la diversión no han sido ni serán fuentes de desarrollo de ninguna nación o ciudadanos en particular.
Rompamos con las mentiras, las esperanzas son otras como el estudio, el trabajo, la honradez, y estos no se compran o se ponen en juego atrevámonos.