Un año cargado de muchas promesas, anuncios y eventos, aunque para ser justos, en estos últimos tiempos, en otras áreas del Estado hemos avanzado en varios aspectos, sin embargo, en el sector municipal seguimos rezagados.
Hemos tenido un año, para el sector municipal, con muy bajo rendimiento en los temas que se requieren y que obviamente, contribuyen al fortalecimiento del sector.
El sólo dar recursos económicos no quiere decir que el hecho signifique un avance. Sí, es muy necesario dotar de recursos económicos a las arcas de los ayuntamientos, pero eso debería de ser luego de un plan nacional integral bien estructurado y alineado a la estrategia nacional de desarrollo y no producto de intereses improvisados nacidos de un plan meramente político.
No se ha podido estructurar un plan coherente, funcional y sostenible para mejorar el tránsito y la movilidad. ¿Qué ha pasado con la Ley 225-20 sobre residuos sólidos, su fideicomiso e integración operativa por parte de los ayuntamientos? Terminamos otro año más sin la ley sobre desarrollo territorial y el uso del suelo.
La carrera administrativa para los servidores municipales, que se pregonó era un hecho para este año que se está agotando no se materializó, impidiendo no sólo darles estabilidad laboral a estos humildes empleados, sino también pagarles un salario digno.
¿Seguiremos enredados sobre las reales funciones de los Comités para la Prevención, Mitigación y Respuestas que coordinan los ayuntamientos en sus territorios y de los que sólo nos acordamos cuando tenemos desastres naturales que ocasionan pérdidas humanas y materiales por no tener un plan resiliente acorde a lo que exige nuestra realidad climática?
Otro año que se agota y aún no vemos materializado en las grandes urbes los famosos parqueos que ofertaron y así descongestionar las calles atestadas de vehículos sobre aceras y paseos.
Tampoco se logró el cumplimiento pleno de la Ley 166-03 en el aspecto sobre la real autonomía financiera y administrativa de los ayuntamientos y juntas de distritos.
Somos del criterio de que es difícil estructurar una Estrategia de Desarrollo Local Participativo si no creamos las condiciones legales para que se disminuya la discreción de los “líderes improvisados” que de una u otra forma acceden al poder local y con ello trauman las aspiraciones de tener un gobierno local fuerte, moderno y dinámico acorde a las exigencias de estos tiempos; para ello necesitamos casi de manera imperante, una nueva ley sobre el régimen municipal actualizada y luego de tenerla emplearse a fondo para provocar cambios estructurales que se requieren.
Seguimos con los servicios municipales con muy baja calidad, eso lo indican los cementerios deteriorados, mercados y mataderos sumidos en la insalubridad, la carencia en los cuerpos de bomberos y la falta de profesionalización de los policías municipales.
Dentro de unos días se inicia un nuevo año y con ello se renuevan nuestras esperanzas y anhelos de que todos estos temas y otros no menos importantes, sean superados para el bien de todos los ciudadanos.
*Por Víctor Féliz Solano