La realidad que se vive en las provincias ha quedado desnudada por las inundaciones provocadas por las lluvias. Entonces, el Gobierno debe acudir en auxilio de los afectados de una manera solidaria y comprometido con soluciones a largo plazo, no con los parches que siempre se han aplicado para “tapar” las penurias que se padecen en el interior.
La entrega de alimentos y materiales es una medida esporádica, pero se urge que las personas que viven en zonas vulnerables sean reubicadas en lugares seguros y que la mano amiga del Estado se extienda con mayor firmeza entre las familias que resulten ser más empobrecidas y con un futuro más oscuro que otras.