Las personas que se enfrentan al cáncer de mama tienen hoy en día, tratamientos más personalizado, específicos, menos tóxicos e invasivos, gracias a los múltiples avances que se han logrado en los últimos años, impactando positivamente en la supervivencia.
Daliana Alcántara Jerez, médico internista-oncóloga clínica de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que el pronóstico ha ido mejorando paulatinamente gracias a las innovaciones en la investigación.
“El día de hoy la tasa de supervivencia a cinco años para el cáncer de mama se estima en más del 90 % de los casos. Mediante la investigación se han producido una serie de avances interesantes en el diagnóstico y tratamiento, incrementando las curaciones, prolongando la sobrevida de los pacientes con cáncer avanzado y mejorando su calidad de vida”, indicó.
Detección temprana
La prevención y el diagnóstico temprano deben ser el punto más importante y la gran meta. Este es uno de los pocos cánceres para los que se dispone de una prueba de detección eficaz, la mamografía.
Otras técnicas radiológicas, incluidas la resonancia magnética (MRI) y la ecografía, también se utilizan, pero están reservadas para una evaluación adicional de los hallazgos de la mamografía o para mujeres con mayor riesgo de cáncer de mama, destaca la experta.
Agrega, que los avances tecnológicos en imágenes están creando nuevas oportunidades para mejorar tanto en el cribado como en la detección temprana. Uno de ellos es la mamografía tridimensional, también llamada tomosíntesis mamaria. Este procedimiento toma imágenes desde diferentes ángulos alrededor del seno y las convierte en una imagen similar a 3D.
Heterogeneidad
Alcántara plantea que uno de los avances más significativos, sin duda, en los últimos años, es el conocimiento de la heterogeneidad de esta enfermedad.
Hoy en día se sabe que no se trata de una sola enfermedad, es un grupo y se pueden distinguir desde el punto de vista clínico y biológico, con importantes diferencias pronósticas y terapéuticas.
Se tienen los tumores “hormonosensibles”, definidos por receptores hormonales positivos/HER2-negativo; con sobreexpresión de HER2, y los triples negativos, definidos por la ausencia de expresión de receptores hormonales y HER2; y dentro de estas tres principales, también se encuentra una alta complejidad molecular.
La galena afirma que otro avance muy relevante en las tres últimas décadas ha sido el incremento de cirugías conservadoras.
Las técnicas quirúrgicas modernas son menos invasivas que en años anteriores. Los ganglios linfáticos axilares solían extirparse de la axila de forma rutinaria durante la cirugía para detectar metástasis.
Esto provocaba dolor crónico, entumecimiento y linfedema en aproximadamente una de cada cinco pacientes.
Múltiples estudios han demostrado que muchos de esos ganglios se pueden conservar sin comprometer las tasas de supervivencia a largo plazo, siendo lo recomendado en casos seleccionados.
Pruebas genómicas
Estas se usan para determinar el beneficio de tratar con quimioterapia luego de la cirugía en pacientes con enfermedad temprana con expresión de receptores hormonales. Durante años se desconocía si era seguro omitir la quimioterapia en ese grupo de pacientes.
Un estudio clínico que implicó un ensayo genómico que analizó la expresión de 21 genes diferentes en el tumor primario de las pacientes.
La especialista detalla que el patrón de expresión genética de un tumor muestra si responderá o no a la quimioterapia, o si la terapia hormonal sola sería una mejor opción. Las pacientes con puntuaciones en el rango de riesgo bajo a medio podían saltársela de forma segura, evitando la caída del cabello, la neuropatía, la pérdida de peso y otros efectos secundarios que a menudo la acompañan.
“Ante un diagnóstico de cáncer de mama localizado, los dos principios básicos del tratamiento son reducir la posibilidad de recurrencia local y el riesgo de diseminación metastásica.
En el siglo XXI se ha visto florecer las terapias modernas contra esta enfermedad, desde la novedosa aplicación de quimioterapias dirigidas y combinadas hasta el desarrollo y administración de inmunoterapias.
En función del estadio del cáncer de mama y del perfil biomolecular del tumor, se puede establecer una estrategia terapéutica personalizada para cada paciente”, dice.
En un reciente estudio de 516 pacientes en edad fértil, que habían recibido terapia endocrina adyuvante durante 18 a 30 meses y deseaban un embarazo, podían interrumpir la misma al momento de la entrada al estudio por un período de dos años. Tras una mediana de seguimiento de 44 meses, 74 % de estas pacientes reportaron al menos un embarazo.
Interrupción
—Temporal
La galena indica que existen pocos datos que informen sobre los riesgos de interrumpir la terapia endocrina adyuvante para las sobrevivientes de cáncer de mama que desean quedar embarazadas.
Recomendación
Los beneficios de realizar las mamografías anual de manera sistemática a partir de los 40 años de edad, o antes dependiendo del riesgo, son verdaderamente sustanciales y salvan vidas.
Esta se asocia a una reducción estadísticamente significativa del 41% de riesgo de morir por cáncer de mama dentro de 10 años y una reducción del 25% en la incidencia de cáncer avanzado, por esto es importante acudir a chequeos preventivos.