Santo Domingo.-El Ministerio de Hacienda ha clausurado 8,921 bancas en los últimos tres años, la mayoría de ellas propiedad de banqueros autorizados a operar otras bancas de manera legal, pero que instalan otras sin permiso tratando de eludir la prohibición de montar nuevos negocios de este tipo.
El cierre de estas bancas de apuestas ha sido ejecutado a través de la Dirección General de Casinos y Juegos de Azar, la cual dispone de una red de inspectores dispersos en todo el territorio nacional.
La mayoría de las bancas instaladas de manera ilegal corresponden a consorcios de bancas autorizadas para operar en otros lugares y que además son afiliadas de la Federación Nacional de Bancas de Apuestas (Fenabanca).
Las autoridades cerraron 1,812 bancas ilegales en 2013, otras 4, 323 en 2014 y 2,786 en los primeros seis meses de este año, según estadísticas que posee El DÍA.
En ese sentido la Dirección de Casinos ha coordinado muchas de las batidas contra las bancas ilegales con Fenabanca, que como entidad ha manifestado preocupación por esta praxis pues aunque es cometida por afiliados suyos afecta a otros socios.
“Muchas de esas bancas vuelven a abrir luego de que son cerradas y se clausuran nuevamente con la respectiva incautación de los equipos, pero gran parte de ellos tienen esos mismos equipos en sus almacenes pues su valor no es muy elevado”, explicó un experto consultado por EL DÍA.
Señaló que las bancas ilegales que no pertenecen a dueños de consorcios de bancas reconocidos son porque estos últimos les dan soporte a los primeros sobre las apuestas recibidas.
El negocio de la ilegalidad en las bancas de lotería viene desde el origen mismo de este tipo de negocios ya que muchos de ellos surgieron cuando no estaba permitido por existir un monopolio con la Lotería Nacional.
En los años ochenta y noventa eran denominados como “riferos” y aceptaban apuestas de manera clandestina con el sorteo de la Lotería Nacional y el de una lotería venezolana que era escuchada en el país a través de la onda corta de la radio y que se conocía popularmente como “La Caraquita”.
A partir de 1999 el Estado empezó a legalizar las bancas de lotería cuando llegó al país Leidsa y popularizó el loto. Los puntos de ventas de loto se convirtieron también en bancas de lotería, recibiendo apuestas de los sorteos de la Lotería Nacional y de Leidsa.
Luego surgieron otras loterías privadas como Loteka y Loto Real, lo cual incubó otro conflicto con los banqueros, pues estos comercializaban los sorteos de esas tres loterías, las cuales exigían que solo lo hicieran aquellas autorizadas mediante contrato, pues tenían los derechos de autor sobre esos sorteos.
Esa disputa se trasladó hasta el Tribunal Constitucional, el cual falló esta semana a favor de las loterías privadas y en contra de las bancas de loterías afiliadas a Fenabanca tras reconocerle la propiedad intelectual primero.
Pero también esas loterías privadas han sido controladas por el Ministerio de Hacienda, que hace unos meses redujo de ocho a cinco los sorteos diarios que realizaban como una forma de limitar ese tipo de juegos de azar.