Autoanálisis
Las mayores frustraciones llegan de los demás. ¿Verdad? Pues no. Llegan cuando esperas que los demás actúen bajo tus expectativas y, en la mayoría de los casos, que cambien según tu esquema. Cuántas relaciones han empezado… él va a cambiar, ella va a cambiar.
Y al final no lo hace ni el uno, ni la otra, y esas pequeñas diferencias, si no se respetan, acaban siendo un verdadero problema.
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No sé en qué momento nos metieron en la cabeza que debemos buscar nuestra otra mitad, creo que hay que sentirse completo sin necesidad de depender de otros para hablar de amor, felicidad, éxito.
Ahora, no confundamos esa individualidad positiva con el hecho de que somos seres sociales y necesitamos encontrar personas maravillosas con las que compartir ese camino, eso es otra cosa.
Una cosa es compartir, otra muy diferente depender y sobre todo extrapolar a otros lo que nos pase, sea bueno o malo.
Siempre digo que nos da miedo mirarnos al espejo, hablar con nosotros mismos, ser capaces de enfrentar nuestras debilidades porque cuando lo hacemos no nos queda otro remedio que actuar.
Es más simple ver en otros las razones por las que somos infelices, no crecemos en el trabajo o no encontramos el amor.
No me atrevería a afirmar que haciendo ese autoanálisis todo en tu vida se puede solucionar, pero lo que sí te aseguro es que será un viaje enriquecedor, que todo a tu alrededor cambiará y empezarás a ver muchas cosas positivas en quienes te rodean y de esa misma forma responderán.
No hay nada más satisfactorio que estar en paz contigo mismo, tener la certeza de que te aceptas como eres y mirar hacia delante con esa fortaleza.
En ese instante dejarás de defenderte del mundo y lo disfrutarás plenamente.
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