Ausencia que habla por mil palabras

Ausencia que habla por mil palabras

Ausencia que habla por mil palabras

Solo la diplomacia y la inteligencia emocional han impedido que la ropa sucia que ya se está lavando afuera sea deshilachada.

Ha llamado mucho la atención la ausencia de la Vicepresidenta de la República en los dos días de reuniones con ministros y directores generales del Gobierno, especialmente porque en las anteriores ella solía estar presente sentada al lado del Presidente de la República.

Quizás ese detalle hubiera pasado desapercibido si no hubiera estado antecedido de un inesperado respaldo suyo a la diputada opositora Faride Raful, quien encabeza una andanada contra el Gobierno reclamando que el Congreso abra una investigación a los contratos otorgados al publicista brasileño Joao Santana.

Desde la administración del presidente Danilo Medina se siente, con muchas razones para ello, que los ataques de sectores peledeístas son más consistentes que los de afuera. Ya se habla de “oposición interna”, como si con la externa, con sociedad civil incluida, no fuera suficiente.

Las de la Vicepresidenta en las reuniones del lunes y el martes en el Palacio Nacional han sido ausencias que hablaron más que mil palabras.



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