Bloomberg News.-El auge petrolero de los Estados Unidos ha dejado a las refinerías europeas sin trabajo y ha afectado a los proveedores de crudo del oeste de África.
Ahora las compañías perforadoras locales amenazan con afectar los mercados asiáticos y desafiar a las productoras de Medio Oriente y América del Sur.
En los últimos cinco años han cerrado 15 refinerías europeas y se estima que este año cerrará una más, dijo la Agencia Internacional de Energía (IEA, por la sigla en inglés) conforme los Estados Unidos pasaron de depender de combustible procedente de Europa a ser un gran exportador a la región.
Nigeria, que antes exportaba a los Estados Unidos el equivalente de 12 superpetroleros de crudo, ahora envía menos de tres, según la Administración de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA, por la sigla en inglés).
Por otra parte, el petróleo barato de las Montañas Rocosas, donde la producción ha crecido 31 por ciento desde 2011, pronto permitirá que las compañías de la Costa Oeste reduzcan las importaciones de grados más caros de Arabia Saudita y Venezuela que procesan para clientes de Asia, el mercado de crecimiento más rápido del mundo. “No creo que nadie haya previsto esto”, dijo Steve Sawyer, un analista de FACTS Global Energy en Londres.
“El auge del esquisto en los Estados Unidos llegó mucho más rápido que lo esperado. Estamos en medio de un nuevo juego. Nada en el pasado indica cuál será el futuro”.
La mayor extracción de petróleo de esquisto derivó en un aumento de 39 por ciento de la producción estadounidense desde 2011, el incremento más pronunciado de la historia, y este año impulsará la producción al nivel más alto en 28 años, según la EIA.
Si bien la perforación de esquisto es más cara que otros métodos y plantea desafíos medioambientales, la perspectiva de una creciente oferta alienta a los analistas a pronosticar que el país tendrá mayor independencia energética.
Las exportaciones estadounidenses de gasolina y otros productos refinados alcanzó un récord el mes pasado y el país se encamina a convertirse en el mayor productor de petróleo del mundo para 2015, cinco años antes de lo que pronosticaba antes la agencia IEA.
