NACIONES UNIDAS.— Una auditoría interna encontró importantes deficiencias y lapsus en la relación de Naciones Unidas con dos fundaciones y varias organizaciones no gubernamentales, vinculadas con un supuesto caso de sobornos que implicaría al ex presidente de la Asamblea General John Ashe.
La auditoría de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna, a la que tuvo acceso Associated Press el lunes por la mañana, indica que el hecho de que la ONU no investigara a varias ONG antes de tratar con ellas puso en riesgo la “integridad, independencia e imparcialidad” de Naciones Unidas.
La oficina dio una valoración “parcialmente satisfactoria” al secretariado de la ONU en el cumplimiento de las políticas y procedimientos del organismo.
Eso implica que “existen deficiencias importantes, pero no críticas ni generalizadas”. Ashe, un ex embajador en Naciones Unidas de Antigua y Barbuda, ocupó entre septiembre de 2013 y septiembre de 2014 el puesto mayormente ceremonial de presidente de la asamblea de Naciones Unidas.
Las autoridades federales lo acusan a Ashe de convertir la presidencia de la asamblea en una “plataforma por beneficios” al aceptar un millón de dólares en sobornos.
La supuesta conspiración implica a otras seis personas, incluidos un magnate chino de los bienes raíces, dos diplomáticos y un responsable de organización humanitaria.
La detención de Ashe el pasado octubre llamó la atención sobre el dinero que aceptan la ONU y sus miembros clave de entidades externas, y cómo se filtran las donaciones y los socios. El secretario general, Ban Ki-moon, ordenó la auditoría días después del arresto.
La Oficina de Servicios de Supervisión Interna ofreció varios ejemplos de fallos de la ONU a la hora de investigar a las fundaciones y organizaciones que pusieron al organismo internacional en peligro de verse implicada con organizaciones cuyos intereses entraban en conflicto con los de la ONU.
La Oficina de Naciones Unidas para Colaboraciones no hizo ninguna comprobación apropiada al aceptar una contribución de 60.000 dólares de la Global Sustainability Foundation, cuya líder, Sheri Yan, fue asesora de Ashe durante su presidencia y está acusada en la supuesta trama, señaló el informe.
No hay pruebas de que se hicieran comprobaciones antes de emprender proyectos con la International Organization for South-South Cooperation, cuyo presidente, Francis Lorenzo, viceembajador de República Dominicana ante Naciones Unidas, está también acusado en la supuesta trama de sobornos.
La Sun Kian Ip Group Foundation que dirigía el magnate de Macao Ng Lap Seng, acusado de mentir sobre sus planes de llevar 4,5 millones de dólares en efectivo a Estados Unidos a lo largo de varios años en aviones privados, también fue auditada.
Los investigadores creen que Ng quería construir un centro de conferencias patrocinado por la ONU en Macao, que costaría millones de dólares y serviría de satélite para el organismo internacional.
La fundación coauspició un foro sobre cooperación Sur-Sur en Macao en agosto de 2015 con el Programa de Desarrollo de la ONU, según los investigadores.
Todos los participantes, incluidos algunos empleados de la ONU, recibieron un iPad que costaba al menos 599 dólares más impuestos, y tres empleados de la ONU se los quedaron hasta que se anunció la auditoría, lo que infringe las normas de la ONU sobre los regalos.
Los auditores recomendaron que el secretario general tome las “medidas correctivas apropiadas” contra esos empleados.
También hicieron otras recomendaciones, como instar al secretario general a asegurarse de que todos los organismos de Naciones Unidas comprueban a las ONG, empresas, fundaciones y otras entidades de la sociedad civil antes de asociarse con ellas.
El secretario general “está satisfecho porque la auditoría… demuestre que muchos de los sistemas de control en vigor dentro de la organización funcionaban adecuadamente”, dijo el portavoz de la ONU Stephane Dujarric.
Sin embargo, señaló, Ban “está preocupado por los hallazgos relacionados con ocasiones en las que no se siguieron los procedimientos adecuados”.