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Atención en Colombia

Editorial El Dia

Los colombianos han recordado de la peor manera épocas que entienden superadas: la de los magnicidios y la violencia de grupos insurgentes. El atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay conmocionó a Colombia y al mundo.

Trajo a la memoria episodios como el magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán, lo que dio pie a una violencia política que aún los afecta o la muerte de Luis Carlos Galán, uno de los picos de la violencia del narcotráfico.

El atentado contra Uribe Turbay ha estado seguido de otros episodios de violencia no tan publicados en la zona del Valle del Cauca, incluyendo la ciudad de Cali.

No queda claro el origen del atentado contra el precandidato presidencial, si se trata de un desafío de grupos del crimen organizado o es parte de una incipiente ola de violencia política previo a los procesos electorales que se avecinan.

Los colombianos han puesto mucha sangre como consecuencia de la violencia política y del narcotráfico, y sin embargo en los últimos años han logrado avanzar en la resolución de esos conflictos, pero lo que ha ocurrido ahora es una señal peligrosa.

La clase política colombiana ha sido víctima recurrente de la violencia, por lo que ahora tienen el deber de aunar esfuerzos para evitar un resurgir de los problemas del pasado.

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