Algunos amigos que me dicen ser lectores de este espacio me recriminan, sin embargo, porque según ellos- recurro con demasiada frecuencia al ardid de llenar la columna con escritos o comentarios de otras personas, en vez de escribir yo mismo lo que pienso.
No niego que esto halaga mi vanidad, pero debo recordarles a los que amablemente me dedican su atención, que la naturaleza de estas notas es eminentemente interactiva y que mi mayor satisfacción es sentir que alguien quiere expresar algo a través de mí.
En este predicamento, pido permiso para compartir con todos una importante advertencia que ha llegado a mi correo electrónico. Como me lo han contado, yo lo cuento. Y que cada cual lo tome o lo deje:
Este mensaje va dirigido a los que salen por la noche o del cine y a los que salen de la universidad y de los colegios, de las oficinas, o a reuniones nocturnas.
Si encuentran a un niño o una niña que llora en la calle, con una dirección en la mano, y les dice que le acompañe a esa dirección (aunque sea cerca), llamen o llévenlo a la Policía y no a la dirección indicada… Este es el nuevo método que están usando para el secuestro, el robo y las violaciones.
Les ruego copiar y pegar este consejo y enviarlo a los que más puedan para informar y evitar con ello un gran dolor a las familias.