Aspiraciones políticas lo permean todo
Un funcionario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo explicaba a EL DÍA el fin de semana que los reglamentos de esta institución educativa establecen que la campaña, o promoción abierta, de los que aspiran a la Rectoría debe ser iniciada un mes y medio antes de la fecha fijada para la elección.
La realidad es que el nuevo rector y otras autoridades deben ser escogidos en junio de 2026; sin embargo, varios de los que aspiran están involucrados de lleno en una carrera electoral.
De lo que pasa en la UASD se puede decir que es una muestra bastante aproximada de lo que ocurre en el país, que todavía no ha pasado un año de la elección de presidente, vicepresidente y legisladores y en por lo menos los tres principales partidos hay aspiraciones conocidas, activas y en un caso, una propuesta para que sea escogido el candidato presidencial con anticipación.
En cuanto los académicos de la UASD, se les supone permeados por el conocido interés de una corriente de la política partidista, que siempre ha tratado de tener a parciales al frente de la universidad del Estado, con miles de empleados fijos y un presupuesto cercano a 1,500 millones de pesos.
Pero en el plano nacional, en el que rige una ley y la Junta Central Electoral es el órgano con la última palabra, el ambiente de campaña electoral tiende a calentarse de día en día.
A los académicos se les pueden recomendar innumerables tareas muy útiles para la sociedad dominicana, entre ellas la de ocuparse en mejorar el posicionamiento de la universidad llamada a incidir en la transformación de la vida de los dominicanos desde la base social.
¿Y a los políticos profesionales, qué se les puede pedir?
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