Raphy D'Oleo, empresario artístico
La gala de Premios Soberano 2024 nos llega el 12 de marzo en el Teatro Nacional, en su edición 39. Acroarte tiene una plantilla de aproximadamente 200 miembros, de los cuales casi 100 tienen derecho a voto, pero en esta ocasión, cerca de 60 cumplieron con los reglamentos para tener derecho a nominar, y de estos, menos de 50 tienen el derecho a voto para elegir los ganadores del área popular, que es la referente a este análisis.
Este año hay 4 renglones: Cine, Clásico, Comunicación y Popular, con 55 categorías y 256 nominaciones, lo que constituye una exageración, toda vez que, en el periodo post pandémico, no ha existido en el plano artístico nada extraordinario para crear una situación de competencia atractiva para el público. A lo más que hemos llegado es a las barbaridades de la música típica y las vulgaridades de los urbanos.
6 talentos son los más nominados en 3 categorías y otros 30 debutan con su primera postulación, un punto de luz dentro de tanta sombra. Solo 3 categorías presentan algo para marcar pautas: Revelación del año, un merenguero típico, El Rubio del acordeón, Didi Hernández, merenguera tradicional y 3 representativos de la música urbana: J Noa, rapera de 18 años firmada por Sony Music, Flow 28, urbano de 18 años y Jey One, dembowsero de 23. En Conjunto Típico, todos veteranos de larga data, sobresale El Blachy, y en el renglón de Cantante solista 3 nuevos: Techy Fatule, Badir y Manerra. Todo esto nos presenta el oscuro panorama que durante el 2024 tuvo nuestra música.
En el renglón popular enmarcado en merengue, bachata y salsa es donde se visualiza con mayor amplitud, la grave crisis que atraviesa el negocio de nuestra música tropical, con la ausencia casi total de nuevos valores y la permanente elección del mismo grupo de artistas que, en ausencia de alguien sobresaliente, obliga a llenar cada renglón con los rutinarios de siempre.
Cuando los premios no tienen el sazón de las disputas de popularidad y fortaleza artística entre los nominados, el éxito de su puesta en escena debe cimentarse sobre la base de una producción extraordinaria para la televisión. Por ello, creo que Alberto Zayas, Guillermo Cordero y Cesarito Suarez deben enfocarse en explotar los recursos tecnológicos, escenográficos y musicales, para dar un espectáculo esplendoroso de El Soberano. Porque si la principalía descansa en la premiación en sí, el fracaso estará asegurado.
