*Por Victor Feliz Solano
Desde la semana pasada venimos haciendo un recorrido por algunos de los lugares más destacados de nuestra hermosa ciudad de Santo Domingo de Guzmán, procurando resaltar expresiones culturales que, como nos diría el arquitecto Juan Carlos Ditrén Flores en una de las ediciones de nuestro espacio televisivo Municipalidad Global, no son solo para embellecer sino además para que la gente las disfrute estando allí.
Continuando con nuestro periplo, nos llega a la memoria las majestuosas rotondas que ocupaban las intersecciones de las avenidas 27 de febrero y Sarasota, ambas trazadas sobre la Winston Churchill. En la primera circunferencia, de manera imponente erguía una escultura traída desde México del “Benemérito de la Américas” Don Benito Juárez, y en la segunda, el más valiente de nuestra historia libertaria, el General Antonio Duvergé. Ambas esculturas están reubicadas en distintos lugares, la del ilustre mexicano en frente de la parte oeste del Palacio Nacional y la del 7 veces glorioso centinela de la frontera fue ubicada en un alto del farallón del Parque Mirador Sur desde donde se divisa por completo el sector que lleva su nombre.
Para hacer justicia a la expresión “arte urbano” debemos incluir los, no tan comprendidos, “grafitis”. Según la explicación del arquitecto Ditrén esta manifestación de arte lleva un profundo mensaje que nace de la rebeldía y exclusión social, cosa ratificada por unas pléyades de artistas urbanos que nos acompañaron en otra edición de nuestro programa semanal. El muralismo, podemos decir, esta en auge en la ciudad capital. Decenas de estos han sido pintados en espacios públicos, característica principal para que sea arte urbano, engalanando y recuperando lugares que iban en franco deterioro.
En la avenida Independencia, tanto bajo el expreso que conecta la José Núñez de Cáceres y la 30 de mayo como en la intersección con la Máximo Gómez, se despliegan hermosísimos murales para el disfrute de todos los transeúntes. Pasos más abajo hacia el mar por la misma Máximo Gómez, se completa la obra majestuosa cuando caminamos hacia el oeste por el Malecón formando una U revelando la magnitud de la obra.
En Santa Bárbara, en la zona colonial, los murales pintados en paredes y muros del barrio de Santa Bárbara, en donde se utilizó además el grafiti, ya no como una actividad oculta ni delictiva, sino como un elemento cultural, generó un inusitado interés colectivo en un momento determinado hace unos pocos años atrás, donde miles de capitaleños pasaron a tomarse fotos en ellos, aún perduran allí dándole identidad propia al popular sector.
De reciente creación, están 4 murales exhibidos en edificios contiguos al elevado de la 27 en donde al decir de sus autores, se trata de evocar en ellos, el amor por la tierra que vio nacer a dominicanos que regresan del extranjero y encuentran el calor de su tierra al entrar a la ciudad capital.
En fin, cientos de expresiones culturales, que representan nuestro arte urbano, se esparcen por doquier en nuestro Santo Domingo de Guzmán que podemos disfrutar a plenitud; miles de metros para que las autoridades puedan seguir desarrollando un plan de arte público permanente y coherente; cientos de metros de muros y paredes para que el artista urbano siga dejando su impronta, engalanando y rescatando espacios públicos aún están disponibles en toda la ciudad.
Sabemos que esto no es gratis, ni debe serlo, lo que si procuramos es que, en los planes de desarrollo de los gobiernos locales, esto no sea una materia pendiente.