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¿Cómo los dominicanos adaptan comidas extranjeras? el arte de ‘aplatanar’ los sabores

Lady Reyes Por Lady Reyes
Cómo los dominicanos adaptan comidas extranjeras? el arte de 'aplatanar' los sabores
📷 ¿Cómo los dominicanos adaptan comidas extranjeras? el arte de 'aplatanar' los sabores

Cuando se habla de cocina dominicana, es imposible no reconocer su capacidad para reinventar sabores y tradiciones.

Conversamos con Don Bolívar Troncoso, presidente de la Fundación Sabores Dominicanos, quien nos explicó cómo los dominicanos han hecho suyas recetas de distintas partes del mundo, creando una identidad gastronómica única a través de un proceso muy nuestro: el «aplatanamiento».

Aplatanar es celebrar nuestra identidad

Para Don Bolívar Troncoso, aplatanar no es simplemente copiar o replicar un plato internacional, «es un acto de creatividad y adaptación que responde tanto a la disponibilidad de ingredientes como al gusto dominicano».

Explica: «Tomamos platos que vienen de otras culturas y los hacemos nuestros. Cambiamos ingredientes, ajustamos técnicas, pero siempre conservamos el alma del plato con un toque dominicano», explica Troncoso.

Este fenómeno no es nuevo, pues la influencia extranjera llegó inicialmente con los movimientos migratorios, pero hoy en día se ve fortalecida por la globalización, las redes sociales y la apertura de franquicias internacionales en el país.

Ejemplos sabrosos de nuestra creatividad

Durante la conversación, Don Bolívar compartió algunos ejemplos emblemáticos de esta transformación culinaria:

  • Sancocho dominicano: Aunque sus raíces se remontan a Canarias, el sancocho dominicano combina tradiciones españolas, africanas y taínas, convirtiéndose en una joya de nuestra identidad gastronómica.
  • Asopao: Considerado la sopa nacional de Puerto Rico, el asopao llegó a nuestras mesas y evolucionó, fusionando estilos de platos como la paella española y el gumbo norteamericano.
  • Chicharrón de pollo: Nuestra deliciosa versión del pollo frito, originada en el Cibao, tiene raíces chinas. Según Rosa Ng, el plato nació gracias al cocinero Rodolfo Wu en los años 20.
  • Bacalao guisado: Importado desde Noruega, los dominicanos adoptaron este pescado y lo integraron como parte de su menú tradicional.
  • Pastelitos: De posibles raíces árabes o españolas, los pastelitos dominicanos se adaptaron con masas y rellenos que reflejan el paladar popular.
  • Mofongo de chicharrón de cerdo: Con parentesco en toda la región caribeña, el mofongo criollo mezcla plátano verde con carne de cerdo frita, en un tributo a las costumbres afrocaribeñas.

Además, otros platos como el sushi, las pastas, el ceviche, las hamburguesas, las arepas y los pastelones también han pasado por el filtro dominicano, dándoles un giro tropical y sabroso.

¿Cómo los dominicanos adaptan comidas extranjeras? el arte de 'aplatanar' los sabores
Nuestra deliciosa versión del pollo frito, originada en el Cibao, tiene raíces chinas.

El rol de la Fundación Sabores Dominicanos

La Fundación Sabores Dominicanos, presidida por Don Bolívar Troncoso, trabaja para preservar y promover esta rica diversidad culinaria.

Sus aportes van desde la investigación histórica de nuestras tradiciones gastronómicas hasta la organización de congresos, foros y publicaciones que fortalecen el orgullo por nuestros sabores.

“Queremos que las nuevas generaciones entiendan que nuestra cocina es un patrimonio en constante evolución, y que adaptarnos a los cambios no significa perder nuestras raíces, sino enriquecerlas”, asegura Troncoso.

Con esta misión, la fundación sigue impulsando la valoración de la cocina dominicana, no solo como un reflejo de nuestro pasado, sino también como una poderosa herramienta de identidad cultural en el mundo globalizado.

Les invitamos a leer: Así se viven los domingos a lo dominicano: sancochos, playa y una «buena mano» de dominó

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