La racionalidad democráctica se anotó un tanto cuando el Tribunal Constitucional anuló el párrafo de la Ley sobre el voto preferencial en la que se establecía el arrastre a favor de los candidatos a senadores.

La Junta Central Electoral ayer mismo emitió un comunicado en el que, como debe de ser, anuncia que ajustará sus resoluciones a los efectos que emanan de esa sentencia.

Pero todavía hay algo que no queda claro y que sería bueno definir para seguir afianzando el sentido de la democracia que establece que los representantes se escogen mediante votación directo y que por tanto los escaños, en el caso de los diputados deben ser ocupados por los candidatos más votados.

Hasta ahora solo se ha dado a conocer el dispositivo de la sentencia, por lo que se desconoce su contenido.
Por tanto queda la duda de si aún se mantiene el arrastre para los diputados. Nos explicamos: de mantenerse el método D’Hondt en las circunscripciones todavía existe la posibilidad de que por acumulación de los votos partidarios salgan electo candidatos de un partido que hayan sacado menos votos que un candidato de otro partido.

Los diputados, tan activos para que se eliminara el arrastre de los senadores, deben ser elegidos por la cantidad de votos obtenidos. Es decir que salgan electos los diputados que más votos saquen.
Algo tan simple, pero aun no está claro.