Bloomberg News.-Los compradores de yates, aviones y autos de lujo son los blancos más recientes del intento de Argentina de detener una declinación de las reservas en moneda extranjera necesarias para pagarles a los tenedores de bonos.
El gobierno, que este año ha perdido 11,600 millones de dólares de las reservas, que han caído al ritmo más rápido desde 2002 para hacer pagos de deuda e importar energía, propuso el 22 de noviembre una ley que eleva los impuestos para desalentar la importación de productos de lujo, tales como autos que cuestan 170,000 pesos (28,000 millones de dólares) o más.
Si bien los bonos argentinos retornaron este año 20,5 por ciento ante la especulación de que un gobernante más favorable al mercado reemplazará a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2015, siguen siendo los más caros del mundo de proteger contra un impago.
Fernández trata de frenar las compras de productos de lujo, la mayor parte de los cuales son importados, en tanto los argentinos, que enfrentan una inflación anual estimada en 25 por ciento, recurren a esos artículos como refugio de ahorros.
El gobierno ha tratado de detener la caída de las reservas mediante recursos como prohibir a la población la compra de dólares para ahorro, exigir justificaciones para la compra de autos caros y aumentar los impuestos a las compras con tarjetas de crédito en el exterior.
“Esas cosas no funcionan”, dijo Marcos Buscaglia, un economista de Bank of America Corp., en entrevista telefónica desde Nueva York.
“Cierran la puerta a la compra de bienes que constituyen una defensa contra la depreciación de la moneda, pero lo que no resuelven es el tema de que la gente tiene pesos que no quiere tener”.
La nueva ley del Congreso argentino impondría un impuesto de 50 por ciento a los bienes –incluidos autos y aviones de recreación- que cuesten más de 170,000 pesos.