El barril de West Texas Intermediate para entrega en enero se vendía 5 por ciento más caro, a US$54,07, ayer en Nueva York.

La disparada se da después de que países externos a la OPEP, entre ellos Rusia, se comprometieron a recortar la producción el año que viene, y el ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Khalid Al-Falih, dijo que estaba dispuesto a bajar incluso más de lo prometido la producción del reino.

Los analistas del petróleo están aumentando sus proyecciones de precios para la materia prima; se anticipan US$60 por barril a partir de esta semana y US$70 para mediados de 2017, en tanto la producción de shale de Estados Unidos podría tardar hasta 12 meses en aumentar la producción.

Goldman Sachs Group Inc. prevé una reacción mucho más veloz de los productores de esquisto.