Santo Domingo.-La Policía apresó a cinco personas para fines de investigación en torno a la muerte a golpes de dos prestamistas cuyos cadáveres fueron hallados ayer sepultados en un edificio en construcción en el sector de Gazcue, del Distrito Nacional, propiedad de un nacional chino con quien hacían negocios.
La Dirección de Información y Relaciones Públicas de la Policía informó además, que miembros de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (DICRIM) realizaron varios allanamientos en la mañana de hoy en distintos lugares para esclarecer el caso.
Los prestamistas hallados muertos son José de los Remedios Silva de los Santos, de 55 años, quien residía en la calle Paseo de Los Locutores número 66 en el ensanche Quisqueya; y su primo Héctor Antonio Méndez Rodríguez, de 54, quien vivía en la calle La Paz, edificio San José, apartamento 4-C, en el sector La Feria, Distrito Nacional.
Ambos prestamistas fueron hallados sepultados en el parqueo soterrado de un edificio en construcción, ubicado en la calle Arístides Fiallo Cabral número 105-A, en el sector de Gazcue, propiedad del nacional chino Guo Se Liang Situ (a) Frank, de 40 años, quien es perseguido por las autoridades.
Storni José Silva Rodríguez, de 31 años, hijo de José de los Remedios Silva Fernández, dijo que su padre y su primo salieron el pasado domingo a cobrarle una deuda millonaria al chino propietario del edificio donde los dos hombres fueron hallados muertos.
Rafael Antonio Taveras Méndez, hermano de Héctor Antonio Méndez Rodríguez, y primo de Silva Fernández, reveló que estos prestaban sumas millonarias de dinero a personas que jugaban en los casinos de los distintos hoteles.
Relató que el domingo estuvo llamando a su hermano pero que en ningún momento le contestó, por lo cual llamó a su sobrino Storni, quien le comunicó que los dos hombres habían salido hacia donde el chino a cobrarle una cuantiosa suma de dinero que les debía.
Los cadáveres fueron sacados por miembros del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, trae ser localizados por una unidad canina de la Policía Nacional.
A Silva Fernández le fue hallado en el bolsillo lateral derecho un revólver Smith and Wesson calibre 38, serie BFP1872, con cinco cápsulas, su cartera conteniendo su cédula de identidad y electoral, licencia de porte de arma de fuego, RD$55,000.00 en efectivo y dos cheques por un monto de tres millones de pesos, y otros dos cheques por un monto de dos millones de pesos.
En el bolsillo lateral izquierdo del pantalón tenía las llaves de un vehículo Mercedes Benz, un llavero con varias llaves, y llevaba puesto un reloj clásico de la marca Ulisse Nardin, fabricado en 1846.
En tanto que sobre el cadáver de Méndez Rodríguez fueron hallados una pistola marca HZ2000, serie 27701, con su cargador y 13 cápsulas, un par de lentes dorados y otro par blancos, su cartera de color negro conteniendo su licencia de porte y tenencia de arma de fuego, licencia de conducir de la ciudad de Nueva York, la tarjeta del Social Security, de los Estados Unidos; y un cheque de un banco por la suma de tres millones de pesos.
En el lugar del hecho la Policía ocupó una pala con el mango color mamey, manchada de una sustancia rojiza que se presume es sangre; dos martillos con manchas roijzas que se presume son de sangre.
La Policía también halló dos pares de guantillas, varios papeles y los zapatos que calzaban los dos hombres ultimados, con manchas rojizas, que también se presumen es sangre, así como un anillo color amarillo con una piedra verde, un llavero con dos llaves con la imagen de la virgen de La Altagracia, una botella de malta alemana.
Frente al edificio en construcción donde fueron hallados los cadáveres la Policía localizó una jeepeta Mitsubishi Montero Sport, verde, placa G077276, propiedad de Méndez Rodríguez, la cual fue remolcada el Palacio de la Policía.
Otra jeepeta Mercedes Benz, negra, placa G333241, propiedad de Silva Fernández fue localizada frente a un hotel de la avenida George Washington, que también fue remolcada hasta el Palacio de la Policía.
Los vehículos y todos los objetos ocupados están bajo control del Ministerio Público, mientras los cadáveres fueron enviados al Instituto Nacional de Patología Forense para fines de necropsia.