Poder expresar ideas, opiniones o sentimientos confiadamente son solo algunos beneficios de cultivar y desarrollar la comunicación asertiva. Si bien nadie nace siendo asertivo, su aprendizaje puede iniciarse temprano.
Si ese no es tu caso, no te abrumes. Nunca es tarde para aprender a comunicarnos eficazmente y evitarnos un sin fin de situaciones difíciles y estresantes en el trabajo, la familia o cualquier ambiente en el que nos desenvolvamos.
La familia, el hogar y los amigos son ambientes ideales para iniciar una práctica saludable de comunicación asertiva. A menudo las personas piensan que quienes están a su alrededor deben tolerar todas sus aptitudes y cambios de humor, pero los otros también tienen sentimientos y vulnerabilidades.
Sin importar cuál de las partes eres, aprende a aplicar la comunicación asertiva para resolver conflictos y mejorar las relaciones.
Lo primero es darte un minuto. Inmediatamente identificas que estás enojad@ haz un alto para pensar con claridad. Respira profundamente y utiliza alguna técnica de relajación que antes te haya funcionado.
Si necesitas más tiempo, no dudes en realizar una caminata, tarea manual, lectura o lo que creas necesario para calmarte. Una vez más tranquil@, identifica lo que tu enojo desencadenó para volver cada cosa a su lugar. El coraje, la ira, son malos consejeros y distorsionan la realidad.
Busca el momento apropiado para iniciar la conversación con la persona con quien te haz enojado. Comunícate calmadamente a sabiendas que te defenderás si fuera necesario, pero sin buscar una pelea. Te mantendrás enfocad@ en el tema y en la solución del problema.
Exprésate con claridad sobre tu propia experiencia y cómo te ha afectado el problema que te ocupa. Utiliza el modelo de mensaje “Yo” tal como recomienda el “Manual de ayuda para cuidadores.”