A propósito del Año Nuevo chino, inspira repasar al gran maestro Confucio. En él encontramos reflexiones que orientan la ética pública y la vida privada.

El poder del ejemplo, decir la verdad, ser resilientes, el amor por uno mismo, la imperturbabilidad y hacer un buen gobierno son lecciones que extraemos de los diálogos que tuvo con sus discípulos y que están recogidos en sus Analectas.

1. Dar ejemplo:
Para Confucio, dar ejemplo, no sólo en lo privado sino también en lo público, influye en el tipo de sociedad que se quiere construir. Tanto el buen ejemplo como las acciones reprochables, influyen en los comportamientos y prácticas sociales. Confucio invitaba a imitar a los hombres buenos y a reflexionar ante a los malos.

2. Decir la verdad:
Confucio alertaba sobre la adulación y apostaba por la verdad. Un diálogo reseñado en las Analectas aborda la verdad como valor político, lo cual se evidencia en la pregunta de uno de sus discípulos: “Zilu preguntó sobre cómo servir a un príncipe. El maestro respondió: Dile la verdad, aunque ésta lo ofenda”.

3. Ser resilientes:
Superar las adversidades tiene mayor mérito que quedarse postrado o convertirse en víctima. En ese tenor, Confucio planteó que: “nuestra mayor gloria no está en caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos”.

4. Amarse a uno mismo:
Para Confucio una sana autoestima es la base de las buenas relaciones humanas. En ese sentido afirmó: “No te preocupes si los demás no te aprecian, preocúpate si tú no aprecias a los demás: no te confundas ni te sientas mal por lo que los demás piensen de ti, porque si uno se quiere, los demás te van a querer”.

5. Cultivar la imperturbabilidad:
Confucio alabó la virtud expresada en la capacidad de los seres humanos de permanecer imperturbables aun cuando no son apreciados., por eso expresó que “es mejor no dejar que te afecte quien te ataque, porque se ataca a sí mismo”.

6. Hacer un buen gobierno:
Para Confucio gobernar bien es cultivar las buenas costumbres, promover las virtudes, educar y servir al pueblo. Para él la evidencia de un buen gobierno se refleja en que “los que están próximos se sienten felices, y los que están distantes, atraídos”.