Las inversiones en la Universidad Autónoma de Santo Domingo siempre tendrán un retorno favorable para el pueblo dominicano, particularmente si consisten en equipos, ampliación, acondicionamiento o construcción de aulas.
Es acaso la mejor manera de contribuir con la universidad del Estado, alma mater de multitud de egresados en los que ha iniciado una profunda transformación, gracias a la oportunidad de hacer estudios superiores.
Ayer el presidente Luis Abinader estuvo de visita en el campus de la UASD, donde anunció que este año estarán listos cuatro centros y tres subcentros construidos por el Gobierno.
Eso es bueno, la universidad los necesita, como necesita un mejor presupuesto.
Pero abogar porque se les asignen más recursos en el Presupuesto a esta alta casa de estudios es también convocar las dificultades, porque al parecer existe un déficit histórico en este plano con empleados y profesores.
Las universidades de hoy día derivan su prestigio de la investigación, las patentes, presentación de soluciones a la industria, la sociedad y la ciencia, al margen de las cátedras y de la retórica académica.
Sin embargo, el redireccionamiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje hacia este perfil, cuesta.
Desde luego, la UASD necesita orientarse hacia estos campos y al hacerlo necesitará el acompañamiento material del Estado y la solidaridad militante de quienes permiten su funcionamiento como institución.
El día llegará que el anuncio de un mejor presupuesto para la UASD deje de ser un dolor de cabeza en el plano administrativo, porque podrá ser destinado a su fortalecimiento en el plano de la investigación y en el acompañamiento de su patrocinador.
