El impacto del coronavirus y sus variantes es innegable, pero las estadísticas del sistema de salud dejan ver una reducción importante de la ocupación de camas en los hospitales, un indicador importe de que nos encontramos ante la declinación de lo que fue una agresiva tercera ola del Covid-19 en el país.

Junto con esta disminución el Gobierno anuncia la flexibilización de las restricciones impuestas a las actividades públicas y privadas, así como al derecho de circulación.

El toque de queda, que en una gran parte de la población es visto como la causa del cierre de negocios cuando todavía es de día, de que haya que andar con mascarilla, que no se pueda hacer un junte al margen de zozobra ni un teteo, será flexibilizado a partir de esta noche, pero es bueno hacer conciencia de que el toque de queda no es la causa de nada, es una consecuencia.

Hay toque de queda porque hay contagios excesivos del covid y estos contagios, a su vez, llenan los hospitales con pacientes que reclaman atenciones médicas.

Irse con toda la sed a la tinaja, como muy bien advertía la sabiduría popular dominicana, no es de prudentes. Lo mismo con la apertura: hay que aprovecharla con inteligencia, que el mundo no se acaba mañana.

De acuerdo con los sistemas de salud de todo el mundo, el virus no ha sido derrotado, cambia, muta. Debemos ser inteligentes.