¡Apagón!

¡Apagón!

¡Apagón!

José Báez Guerrero

Es imposible ignorar el apagón de cinco minutos que afectó ayer al Palacio Nacional durante un acto del presidente Abinader.

Sentí vergüenza ajena. Pese a las precariedades del servicio de las distribuidoras de electricidad, cualquiera supone que la sede del Poder Ejecutivo debe ser el último lugar donde, salvo alguna calamidad, se vaya la luz.

Una avería en la famosa subestación de Edeeste de la Penson, que hace poco cogió fuego, sacó de línea el circuito del Palacio, aunque en pocos segundos entró otro.

Explicaciones técnicas o justificaciones aparte, el gobierno debe aprovechar la ocasión para que los responsables –siempre hay algunos— paguen las consecuencias. Justificar o excusar no conviene ni demuestra empeño por evitar este síntoma del grave problema eléctrico.

He visto data que prueba que no hay más apagones que hace pocos años, si se mide comparado con el gran aumento de la generación y el consumo, pero eso importa poco a quienes padecen larguísimas e incesantes interrupciones.

Las cananas de la distribución, pese a casi US$4,000 millones de subsidio anual, empañan los avances en otras áreas del sector energético.



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.