Puerto Rico.-El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, declaró ayer el estado de emergencia en la isla debido al colapso del servicio de energía, luego de una avería que provocó un apagón general la tarde del miércoles.
El “blackout” puso de relieve la fragilidad de unas infraestructuras obsoletas, que las autoridades reconocen necesitan urgentemente inversión.
Padilla informó en una conferencia de prensa que apenas 200,000 clientes de los 1,5 millones de abonados de la estatal Autoridad de la Energía Eléctrica (AEE) contaban al mediodía de ayer con electricidad, tras reconocer que la corporación pública necesita mejorar sus infraestructuras.
“En Nueva York, hace unos años, tardaron 48 horas en recuperar el servicio”, señaló hasta tres veces García Padilla, tras asegurar que no piensa que este suceso vaya a mermar la confianza exterior en la isla.
El Ejecutivo sostuvo reiteradamente que la avería se debió a un problema que no se hubiera podido evitar en ningún caso.
El director de la AEE, Javier Quintana, que descartó cualquier acto de sabotaje, explicó que el blackout inició por un incendio en una subestación de la Central de Aguirre en Salinas.
El apagón provocó el cese de la docencia en varias escuelas públicas y universidades; y trastornó las operaciones de entidades públicas y privadas.
Algunas clínicas suspendieron las consultas de cirugías electivas, aunque daban otros servicios.
El presidente de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, Alberto Lázaro, precisó que unos 340,000 clientes estaban sin agua, puesto que el servicio les llega por bombeo.
