Querido hermano:
Hoy tienes 73 años y estás más vivo que los 4 que tienes muerto. Aunque, siendo franco, con lo que está ocurriendo hoy, morirías 2 veces. El romance no sucumbió durante tu vida, pero se escondió después de tu muerte.
¨Los muchachos¨ han continuado sin prisa tu legado de amor y letras sin embarres, pero una minoría ha impuesto la desazón sentimental con un revestimiento de mal gusto a la sublime ternura de los quereres.
Tu frecuente insomnio nocturno, cómplice de las musas inspiradoras que provocaban las caricias literarias que albergaba en tu pecho, hoy fuera tu compañero inseparable en cualquier hora del día, pues escuchando y viendo lo que está ocurriendo, sé que tu rebeldía hubiese quebrado el mínimo hálito de vida que podía tener tu límpido corazón de artista.
¿Cómo es posible que hayamos llegado tan bajo?. No lo sé. Pero esta mancha que oscurece la inspiración, es una fatalidad que no nos permite comprender, más allá de la razón, cómo podemos vivir sin honor cuando es preferible morir de amor.
Hermano no me alegro, pero lo menos malo que te pasó fue morirte. Tu espíritu no soportaría esta degradación moral que vivimos hoy y el sufrimiento se hubiese tragado tu alma. Entonces, espérame allá y canta junto a Papá Ventura su himno de despedida, porque como va esto, sí sabemos dónde vamos a parar: ¨Todo se reducirá cuando caiga el telón de la comedia, 7 x 4 x 3 de ancho, las medidas de la fosa, puertas de la eternidad.
*Por Raphy D´Oleo