Los candidatos o candidatas vicepresidenciales han perdido parte del peso que antes se les atribuía, no sólo como complemento de localización regional, sino por la posibilidad de que terminaran encabezando el Gobierno ante una eventualidad con unos candidatos de edad provecta, como Joaquín Balaguer y Juan Bosch, o de salud quebrantada, como fue el caso de José Francisco Peña Gómez.
Ahora no
A los candidatos presidenciales de estos tiempos se les ve con bastante vitalidad, así que a la elección de un compañero, o compañera, de boleta se le puede cargar con el peso regional con el que antes se les escogía, pero no con la idea de sosegar temores por ancianidad o mala salud.
El tiempo se les acaba a los presidenciales; tienen que decidir esta semana.