La “corrección política”, esa línea social-protocolar que nadie ha visto en un prontuario, pero de la que todos hablan, debe ser aconsejada para los políticos, únicos a quienes nunca se les aplica.
Ello a propósito de la intervención pública de ayer de la magistrada Miriam Germán Brito, Procuradora General de la República, que se refirió a una “patada voladora” que sufrió hace unos cuantos años y sus consecuencias todavía hoy.
Todos en la Procuraduría, donde la magistrada procuradora presentaba las memorias de la institución correspondientes al año pasado, se remitieron ante su comentario al episodio bochornoso que sufrió hará ahora cuatro años, cuando se sometía a examen para otro período en la Suprema Corte de Justicia.
Transitorio
Si es cierto que el poder tiende a volver a las personas soberbias, esta “patada voladora” pudiera ser una de esas situaciones sintomáticas, por la que el entonces Procurador General Jean Alain Rodríguez pidió disculpas a la entonces integrante de la Suprema Corte de Justicia. Situaciones como aquellas también pudieran ser consideradas incorrecciones políticas.