República Dominicana muestra hoy día, cuando cumple 179 años del grito de independencia del 27 de febrero de 1844, una vitalidad que puede ser garantía de que las generaciones venideras podrán arrimar su hombro a un árbol robusto, frondoso y fructífero.
El pueblo dominicano ha tenido que enfrentar grandes desafíos a lo largo del camino para mantener en pie el esfuerzo de los próceres febreristas.
Hoy día tenemos una población mayoritariamente urbana, en un país bastante bien comunicado por una red de carreteras que permiten recorrerlo en horas con medios modernos, contrario a los días de la fundación, en los que llegar de la capital al corazón del Cibao —para sólo señalar un punto— podía ser una jornada desafiante.
La población es hoy día masiva, vital, dinámica, laboriosa y con deseos de superación personal que se reflejan en dinamismo económico y social. También es masiva la educación, los servicios de salud y de alumbrado.
¿Y los desafíos dónde están? La seguridad pública es uno de ellos, la organización y mejora del transporte como servicio, la seguridad alimentaria y un techo acogedor pueden ser señalados entre las áreas de la vida de hoy en que los administradores de l público deben trabajar para rendir buena cuenta a los próceres de la independencia.