Hace diez años la cantante dominicana Ana Lía salió en busca de hacer realidad sus sueños: estudiar Artes Escénicas en Canadá, con el propósito de dedicarse por completo a su carrera artística.

La artista convirtió a Toronto en su lugar de residencia y el espacio donde empezaría a crecer en el mundo de la música y la actuación.

Su voz cautiva al público con su tono brillante, melodioso y cálido, mientras personifica el alma en cada canción de una manera que trasciende el lenguaje hablado.

Ana Lía es capaz de interpretar cualquier ritmo musical latino, y de hecho, le pega muy bien, al jazz, pop, pop soul, flamenco, coplas, hip.hop, bachata, boleros, merenguey balada, en español, inglés, italiano y francés.

En marzo de 2015, se unió a la banda de rumba-funk Santeris como vocalista principal y actuó en múltiples festivales, lanzado su primero álbum EP “Hurricane” en 2018.
La dominicana ha trabajado con el dos veces compositor musical ganador del premio Dora, Benjamín Barrile, junto a quien está componiendo y produciendo música.

El tema Samaná. Ana Lía lanzó en medio de la pandemia su tema “Abul” y el pasado 23 de enero su composición “Samaná”, un tema que nos invita a atreverse a amar sin miedos.

La canción cuenta la historia de dos personas que se atraen desde hace tiempo y cuando se encuentran en la Bahía de Samaná, su atracción se intensifica bajo el encanto del lugar y la confesión de amor se hace inminente. “Samaná”, es una fusión pop tropical.

Tiempo de pandemia
Como muchos artistas, Ana Lía ha aprovechado la pandemia para continuar produciendo su música y perfeccionar más su estilo. “He estado enfocada en crear, grabar y lanzar música. En el pasado me quejaba de no tener tiempo para hacerlo, porque estaba ocupada trabajando en otras cosas, entre ellas en vivo.

En el teatro

— Proyectos
Dentro de sus próximos proyectos piensa realizar un concierto virtual, lanzar su nuevo álbum y continuará enfocada en crear más música y retomar la actuación y trabajos de voice over. Trabajó en la obra “Bodas de Sangre”,

*Por CARMEN LUZ BEATO