Amo mis nostalgias

Amo mis nostalgias

Amo mis nostalgias

Ana Blanco

Hay nostalgias tan intensas que se convierten en presente. Es curioso cómo funciona la mente humana al seleccionar la vista al pasado de una forma caprichosa.

Quizá es porque en este caso es el corazón el que decide. Me gusta afirmar que hoy es mi mejor momento. Y hoy, la plenitud que me embarga es lo que necesito.

Tengo un equilibrio entre etapas cerradas y retos nuevos.

De verdad lo creo. Pero confieso que ya estoy en un instante en el que mirar atrás es mirar toda una vida.

Cuántos momentos maravillosos, cuántos devastadores… Cuántas personas conocidas, amadas, olvidadas y recuperadas…

Todo me ha aportado un bagaje emocional que me permite afirmar que adoro la madurez, es muy emocionante estar en ese punto el que ya no tienes que demostrar nada salvo a ti misma y eso, si te apetece, porque sino mañana será otro día.

Es de esta forma que cuando las nostalgias te invaden las puedes disfrutar de verdad, porque no sientes que quedó una puerta abierta.

Me veo de pequeña y me río al ver que hay cosas que nunca cambian, recuerdo a esa adolescente tan dramática que volvía su mundo del revés constantemente, la joven que no acababa de encontrar su lugar, que cogió un avión a miles de kilómetros para descubrir que el corazón puede estar en dos lugares al mismo tiempo y, ante todo, que aquello que eres viaja contigo y solo tú puedes decidir qué cambiar y hacia dónde ir.

He vivido tan intensamente todo en este trayecto que ha formado la mujer que hoy soy que agradezco cada una de las cosas que me han pasado, incluso las peores, porque gracias a todo lo bueno sé que siempre hay un motivo para sonreír y gracias a todo lo malo sé que siempre hay un motivo para llorar. Reír y llorar. Necesario para cerrar puertas.

Y qué decir de todos los rostros que llegan a mi mente que se cruzaron en mi camino siempre como un regalo.

Me considero una de las personas más afortunadas porque casi, casi puedo afirmar que el cien por cien de las personas que han llegado a mi vida me han dado cosas positivas y las pocas que no, me han permitido crecer y entender que no siempre las cosas son como las queremos y las esperamos.
Amo mis nostalgias. Amo mi madurez.



Etiquetas