¿Ambiente de guerra mundial y gabinete del gobierno de RD?

A nivel global se respira un ambiente de guerra. Potencias militares y económicas lanzan amenazas sobre una posible “tercera guerra mundial”. Y como reza el dicho: “Tanto da la gota sobre la piedra que termina por romperla”, por eso planteamos que es mejor estar precavidos.
Pero, ¿está la humanidad realmente en el preámbulo de un holocausto nuclear? No lo sé, no soy especialista en el tema, pero tengo esa inquietud como ciudadano que observa lo que ocurre en el mundo y comienza a preocuparse. ¿Hasta dónde llegarán estas guerras que se libran en distintas partes del globo?
Creo que este tema debe ser abordado por expertos en geopolítica y en el país los tenemos, muy buenos, excelentes. Pero ese no es el foco ahora. Mi enfoque apunta a los aspectos preventivos y a preguntas inquietantes: ¿Tiene el Estado dominicano políticas elaboradas para enfrentar un eventual estallido de una guerra mundial? ¿Están preparados los funcionarios, asesores y diplomáticos del gobierno para una contingencia de esa magnitud? ¿Han discutido esa posibilidad los políticos de oposición? Presumimos que sí. El presidente Luis Abinader, según entendemos, está al tanto del peligro que representa el actual escenario global.
A raíz de su triunfo electoral en 2024, sugerimos con toda humildad que el mandatario designe una especie de “gabinete de guerra” que le permita ejercer este nuevo mandato con éxito y sin mayores tropiezos. ¿El último del presidente Abinader? Ahora creemos que esa sugerencia fue algo ingenua de nuestra parte, dada la magnitud de los compromisos que, presumiblemente, asume en esta nueva etapa presidencial.
Sin embargo, los conflictos bélicos mundiales y regionales se intensifican en lugar de reducirse. No disminuyen; todo lo contrario, se incrementan y toman un rumbo peligrosamente incierto.
¿Príncipe en Haití? ¡Ay, Dios mío!
No creemos que sea casual que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haya designado a Henry Wooster veterano militar de carrera como embajador en Haití, y a Leah Francis Campos exagente de la CIA como nueva embajadora en la República Dominicana. Un movimiento diplomático que, sin duda, llama la atención.
Tampoco parece fortuito el envío a Haití de Erik Prince, contratista militar privado y destacado partidario del presidente Trump. Según medios estadounidenses, Prince “está colaborando con el gobierno haitiano para llevar a cabo operaciones letales contra las pandillas que aterrorizan al país y amenazan con tomar el control de su capital”.
En principio se informó que Prince fundador de la empresa de seguridad Blackwater Worldwide firmó un contrato con el gobierno haitiano para combatir a los grupos criminales que han estado asesinando civiles y ocupando territorios. No obstante, algunos analistas sostienen que Haití carece de recursos para pagar esos costosos contratos, lo que genera dudas sobre el origen real de los fondos.
Con estas designaciones diplomáticas en Haití y República Dominicana, el gobierno de Trump parece enviar un mensaje claro: la región atraviesa un momento crítico, y se impone la necesidad de tener “los más duros” en los puestos clave.
Es posible inferir que la creciente presencia diplomática de Rusia y la consolidación de los lazos comerciales y políticos de China con países del Caribe y América Latina preocupan a Estados Unidos.
Ante ese panorama, la región y particularmente la República Dominicana vive momentos delicados.
Las bandas armadas en Haití operan sin control, mientras la inestabilidad se extiende por países como Venezuela, Guyana, Nicaragua, Colombia y el persistente caso de Cuba. Todo esto sacude el equilibrio del Caribe.
A este escenario se suman conflictos internacionales de alto impacto: Rusia-Ucrania, Israel-Palestina (Hamás), Israel-Irán, Yemen-Israel, Yemen-EE. UU., India-Irak… Aunque se desarrollan en tierras lejanas, estos conflictos nos afectan, directa o indirectamente.
En medio de esta situación, ¿quiénes fueron designados como embajadores por el presidente Trump y su secretario de Estado, Marco Rubio? Nada más y nada menos que Henry Wooster, exmilitar y diplomático de carrera, y Leah Francis Campos, exagente de la CIA. No hay desperdicio, sobre todo considerando el contexto regional.
¿Quién es Leah Francis Campos?
La nueva embajadora de Estados Unidos en República Dominicana llega tras cuatro años sin representación diplomática formal del país norteamericano. Campos, originaria de Arizona, fue nominada por el presidente Trump.
Su hoja de vida es interesante y parece estar alineada con la realidad actual del país y la región, marcada también por el avance pacífico pero constante de ciudadanos haitianos hacia territorio dominicano.
“Una vez confirmados por el Senado, estos embajadores asumirán sus funciones para implementar la visión del presidente Trump y el secretario Rubio de una diplomacia eficaz y responsable ante el contribuyente estadounidense”, declaró el senador republicano Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Campos ha sido asesora de política exterior, trabajó para la CIA por más de diez años y tiene experiencia en temas del Hemisferio Occidental. Nació en una familia de origen migrante: su padre es hijo de inmigrantes mexicanos y su madre es española.
Entre 2015 y 2019, fue asesora principal del Subcomité de Asuntos del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes de EE. UU., y desde 2019 trabaja con el Instituto SAS.
¿Y quién es Henry Wooster?
Según el Departamento de Estado, Wooster tiene una “larga y distinguida carrera”, incluyendo cargos en la Embajada de Puerto Príncipe, como embajador en Jordania y en el Ejército de los Estados Unidos. Asumirá el cargo de encargado de negocios en Haití a partir del 12 de junio.
“Dada su experiencia en Washington y su probado liderazgo en el extranjero, es la persona idónea para liderar esta misión en un momento crucial”, dijo Marco Rubio en un comunicado oficial.
Rubio agregó que Wooster dirigirá un enfoque integral de la política estadounidense en Haití y trabajará con aliados globales para apoyar a las fuerzas de seguridad haitianas.
Como se ve, no son simples diplomáticos los que llegan a las embajadas de EE. UU. en Haití y RD. Esta vez no vienen a promover negocios ni la agenda LGBT+. Trump ha optado por endurecer la diplomacia, entendiendo que el mundo vive un ambiente de guerra constante y que se necesitan figuras fuertes para hacerle frente: un militar y una exagente de inteligencia.
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