Aureliano Buendía de repente había olvidado el nombre del yunque que usaba día tras día para laminar sus metales así que su padre no tuvo más remedio que recordárselo.
Aurealiano optó por empapelar con su nombre aquel objeto tan conocido para él, luego cada cosa que se le iba olvidando y otra cosa más que iba empapelando hasta que su mirada se convirtió en un tapiz de papeles y de nombres que le servían de memoria operativa y ejecutiva, su padre se dispuso a convertir la ciudad completa en un mar entintado de palabras una solución salomónica para aquel pueblo llamado Macondo, un pueblo gris que estaba cayendo en una desconcertante epidemia de desmemoria colectiva.
En este pasaje de “Cien años de Soledad”, de García Márquez, habla de insomnios, problemas de memoria, sueños catastróficos y de tristeza, un panoptipico que a donde quiera que observes refleja el cristal de lo que estamos viviendo.
Cada 21 de septiembre conmemoramos el Día Mundial de Concientización sobre la Enfermedad de Alzheimer (EA), que afecta 50 millones de personas en el mundo y que por cada uno indirectamente impacta al menos 4 personas.
Proyección
Estadísticamente es la primera afección neurodegenerativa y se prevee que se triplifique para el 2030, cifras que resulta alarmante si pensamos que unos de los objetivos prioritarios de la OMS era “alcanzar una longevidad más sana”.
Ciertamente somos más longevos, pero no más sanos, las condiciones sociosanitarias y algunos hechos históricos recientes (confinaminamiento, pandemia) han sido efecto “ex machine” sin parangón para tales fines.
“Cero omisiones. Cero Alzheimer” es el lema de este año de la Confederación Española que persigue un espectro de reivindicaciones y propuestas centrándose en la importancia del diagnóstico precoz como punto de inicio fundamental que nos acerque al abordaje temprano y así articular propuestas de trabajo farmacológicas y no farmacológicas orientadas al conjunto paciente- familia, además de visibilizar y romper estigmas evitándose los infradiagnóstico que de acuerdo a la Sociedad Española de Neurología rondan el 30 por ciento.
“Cero omisiones. Cero Alzheimer” ofrece una mirada impoluta sobre aspectos que no hay que callarse ni omitir en las reivindicaciones presentes y venidera, permite fomentar coaliciones y colectivos que garantizan cuestiones sanitarias que deberían ser asumidas con respeto y empatía por los actores del sistema: social, sanitarios, sectores público y privado que de alguna u otra forma deberían involucrarse en la lucha contra el Alzheimer y otros trastornos neurocognitivos pero sobre la autoeducación y estar vigilante frente a los posibles indicadores.
Los siete signos más probables de alerta
Señales. A continuación una lista de las comunes:
1. Cambios de memoria que afectan cotidianidad.
2. Dificultad en la iniciativa, planificación, resolución de problemas y desempeño diario.
3. Desorientación temporoespacial y cambios bruscos de humor.
4. Dificultad para entender imágenes visuales y la relación de los objetos con el entorno.
5. Problemas con el lenguaje hablado o escrito.
6. Colocar objetos fuera de lugar y vagabundear sin rumbo.
7. Cambios en el buen juicio a la hora de tomar decisiones sobre todo al caer la tarde.
*Por Marcia Castillo