Alto funcionario haitiano demanda una modernización del Derecho en su país

Alto funcionario haitiano demanda una modernización del Derecho en su país

Alto funcionario haitiano demanda una modernización del Derecho en su país

Josué Pierre-Louis.

Madrid.- El Secretario General de la Presidencia de Haití, Josué Pierre-Louis, defendió hoy “la necesidad de modernizar el Derecho” haitiano, marcado por la antigüedad de los textos y las lagunas legales.

Pierre-Louis visitó Madrid como parte de una gira europea, que comenzó en España y aprovechó el viaje para presentar su tesis La modernisation du droit haïtien- le défi pour le futur (La modernización del derecho haitiano- un desafío para el futuro), donde formula “propuestas para sacar a Haití de los peligros y dificultades que vive actualmente».

Tras la independencia de Francia, en 1804, “el Estado haitiano calcó el corpus judicial francés sin tener en cuenta factores sociológicos, antropológicos y culturales” explica Pierre-Louis en una entrevista con Efe.

La falta de adaptación a la realidad haitiana crea importantes dificultades, entre las que destaca la barrera lingüística- “está el francés, que es el idioma de la ley, mientras que más del 75% de la población habla criollo. Esto exige que se traduzcan el conjunto de códigos, de textos, a criollo. Pero incluso si lo hacemos, hay ciertos de términos que no son traducibles”, destacó.

UN PAÍS, DOS SISTEMAS JUDICIALES

“Hay costumbres que la ley oficial no tiene en cuenta” añade Pierre-Louis como segundo problema, y destaca el concubinato, practicado por “más del 42% de la población” en las zonas más recónditas de Haití, si bien no está reconocido por la ley.

“Todo ello da como resultado que se crean dos sistemas jurídicos; la ley oficial, que se practica en las grandes ciudades, y la ley informal, que se practica en las zonas rurales”, y esta dicotomía “agrava el establecimiento de un estado de Derecho efectivo en Haití”, explica.

El sistema jurídico informal funciona a partir de métodos de justicia alternativos, los más ancianos resuelven las disputas de su entorno, sin coincidir siempre con el sistema oficial.

“Hay casos en los que los tribunales toman decisiones contrarias a ese procedimiento, pero la población prefiere aplicar las decisiones de los más ancianos. En algunas zonas del país, la población olvida el derecho oficial” declara Pierre-Louis.

“La cuestión es cómo conciliar esas dos aproximaciones, no hace falta que haya dos sistemas judiciales de dos velocidades”, afirma.

En su tesis, defiende que “la occidentalización no es la modernización. Debemos tener en cuenta los estándares internacionales, los principios universales en cuanto al respeto y la protección de los derechos humanos, la lucha contra la corrupción y la buena gobernanza, pero hay que tener en cuenta las especificidades de cada país”, explica.

UN DESAFÍO A LARGO PLAZO

El jurista reconoce que la reforma del derecho es “un trabajo a largo plazo”, al que se suman las dificultades económicas del país, y achaca a la falta de medios y la antigüedad de los códigoscomo la impunidad, un mal crónico en Haití.

“No tenemos, por culpa de la pobreza, la estructura necesaria para facilitar el pleno ejercicio de los tribunales. Los jueces han denunciado que no llegan a tomar decisiones en el tiempo establecido por la ley y es por ello que la reforma del Código Penal y la reforma del Código de Procedimiento penal son necesarias. (…) Efectivamente tenemos demasiados casos de impunidad” declara.

Pierre-Louis señala que este problema se debe también a que “en Haití no hay alternativa a la cárcel».

La estancia en las prisiones haitianas es un grave problema. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas documentó en un informe la muerte de 54 presos entre enero y abril de 2022, todas relacionadas con la desnutrición.

La ONU reconoce que

la prisión haitiana es decadente” y que la tendencia actual consiste en “hacer la prisión más humana. Pero eso exige medios colosales de los que Haití no dispone por el momento».
Apuesta por “despenalizar ciertos comportamientos, como la mendicidad, e incriminar nuevas formas de delinquir, como los crímenes de guerra».