Santo Domingo. – Ha dado tantos traspiés como un payaso en escena. Desvaría, a veces, pero ha contribuido a la calidad de vida de miles de pacientes, la verdad sea dicha. Es un programa noble, pero insuficiente.
En foco permanente de asociaciones de pacientes, las implacables redes sociales y los programas de investigación, este paquete estatal sigue en pie gracias a la sensibilidad política de los gobiernos de turno, desde que se creó, en la década pasada.
Los desvaríos se abrazan con las limitaciones presupuestarias: no da para tanto y, además, da muestra de agotamiento y no hay cama para tanta gente, en la guagua no caben todos.
Así está el Programa de Alto Costo del Ministerio de Salud, un programa gubernamental mediante el cual el Estado trata de contribuir con tratamientos de pacientes vulnerables con enfermedades crónicas no transmisibles.
Instituido el 5 de marzo del año 2015, su objetivo fue garantizar el acceso gratuito o subsidiado a medicamentos esenciales para pacientes con enfermedades catastróficas, crónicas o de alto impacto económico.
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Ha dado tantos tumbos como cerveza se ha bebido en República Dominicana, pero el ascenso en presupuesto y número de beneficiarios ha tenido su impacto. El gobierno actual aumentó su monto de unos 2 mil millones de pesos anuales en su presupuesto, a poco más de 7 mil millones. Sin embargo, la necesidad de fármacos hace brotar la sed.
Ocasionalmente, la queja de organizaciones de pacientes o pacientes en particular sale a relucir en las redes sociales y los medios de comunicación. La última denuncia subió como hiedra en muros hasta alcanzar pronunciamientos públicos no convincentes por parte de funcionarios que llegan al programa.

La denuncia salió de la poderosa Sociedad Dominicana de Oncología Médica, que se queja de que no se estaba dando la provisión a tiempo de los pacientes y que muchos morían en la espera del suministro.
En términos presupuestarios, el programa también ha experimentado una evolución sustancial. El presupuesto asignado pasó de RD$2,786 millones en 2020 a más de RD$7,313 millones en 2025.
Este aumento ha sido clave para ampliar la cobertura y garantizar que más personas puedan acceder a los tratamientos necesarios.
Aunque los gritos vienen, frecuentemente, de personas con cáncer, este programa estatal cubre más de 100 enfermedades graves, crónicas y de alto impacto económico, cuyos pacientes esperan el oxígeno de esta iniciativa oficial para paliar o no morir por cáncer enfermedades autoinmunes, renales, hematológicas, metabólicas o VIH-Sida.
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En la calle se dice de todo. Que se privilegia en su inclusión a familiares, amigos y “compañeritos de la base” de políticos, que asociaciones de pacientes con poder de opinión pública tienen prioridad y que llegar hasta este programa es equivalente a llegar al paraíso en bote.
Lo cierto es que ese programa estatal ha contribuido a la salud de miles de pacientes, en un país donde las estadísticas están disparadas en enfermedades como obesidad, diabetes, cáncer e hipertensión.
Y es un programa que, para muchos, representa el único salvavidas frente a un sistema de salud que no siempre responde.Este artículo fue publicado originalmente en El Día