Una investigación acerca de la idea de los dominicanos de hoy acerca de su patria, la independencia y la libertad tal vez arroja resultados interesantes, pero a cualquiera en las condiciones de aplicarla le resultaría relativamente fácil salirse de este compromiso con una pregunta: ¿para qué?
Puede parecer un ejercicio académico, una excentricidad de interés marginal o un esfuerzo que no cambiará nada, si es que se quiere o se necesita alguna reorientación del rumbo acerca de estas tres ideas sobre la vida dominicana de hoy.
Hace, sin embargo, ciento ochenta y seis años que las ideas de patria, independencia y libertad pusieron en acción a una parte de los jóvenes de entonces —1838 cuando fue fundada La Trinitaria por Juan Pablo Duarte— hasta el punto de convertirlas en la turbina básica de su vida.
El ideólogo de las acciones para poner estos motivos como razón de ser de lo más vital de la dominicanidad tenía entonces 25 años.
Había nacido el 26 de enero de 1813 cuando el país hoy de los dominicanos era parte de España como territorio colonial. Cuando tenía nueve años Jean Pierre Boyer invadió Santo Domingo hasta 1844.
Desde luego, es posible alegar que las ideas acerca de la patria, la independencia y la libertad han cambiado mucho, que cambiaron cuando todavía Juan Pablo Duarte podía mirar, ver y valorar con el corazón lo que ocurría en su entorno, y es cierto.
El mundo ha cambiado mucho.
Y los valores hoy día son otros.
Muchos dominicanos han escogido irse del país de sus ancestros y otros lo han hecho empujados por la imposibilidad de satisfacer ideas de realización personal y otras expectativas.
Los ideales del primero de los próceres de la independencia, sin embargo, deben ser la garantía de la conservación de la integridad del país, de la independencia y de la soberanía en la nación constituida alrededor y sobre la patria.