Algunas cosas conyugales en la Isla Española

Algunas cosas conyugales en la Isla Española

Algunas cosas conyugales en la Isla Española

*Por Hanlet Domínguez

El descubrimiento del Nuevo Mundo en 1492, supuso desafíos monumentales para los colonos, desde fundar un asentamiento hasta las relaciones a distancia.

Desde el año 1493, los Reyes Católicos les pedían a sus súbditos que respetaran a un extranjero llamado Cristóbal Colón, a quien se le dio el título de gobernador y Virrey de las nuevas tierras.

Ya establecidos en la isla Española, con un grupo aproximado de mil quinientas personas, supuso para Cristóbal Colón una tarea titánica mantener el orden en un territorio desconocido.

Para preservar la unidad, la disciplina y la coexistencia en la colonia, el almirante promulgó algunas órdenes entre las cuales estaba una en particular, la de “no abandonar la colonia sin su autorización”.

Desde 1493, muchos hombres en busca de fortunas y tierras viajaron al Nuevo Mundo, entre los cuales había profesionales de diferentes áreas, y además muchos presos a los cuales los Reyes Católicos les dieron la oportunidad por la falta de mano de obra.

Pero también, había un grupo minoritario del cual no se ha hablado mucho, y es el de los hombres que huyeron de sus responsabilidades familiares.

Dicho grupo de hombres quizás, angustiados y fastidiados por sus mujeres o abrumados por las responsabilidades económicas deciden hacer tienda aparte, y se marcharon hacia la isla Española sin sueldo pago por la corona.

Ya en territorio caribeño, muchos de estos infiltrados se encuentran con la panorámica de mujeres semidesnudas y de caciques que vivían una vida holgada con varias concubinas.

Relatan algunos de los primeros colonos, que las taínas se bañaban demasiado y que su costumbre era la desnudez, cosa que para los españoles (muy religiosos en aquella época) era una falta de pudor e indelicadeza.

A raíz de todo esto y de los relatos que llegaban desde las nuevas tierras, las esposas que se habían quedado en España empezaron a quejarse para que sus maridos volvieran con sus familias.
Muchos de estos hombres regresaron por su propia cuenta luego de que los reyes limitaran los poderes de Colón en la colonia por vía de su enviado Juan de Aguado en 1495.

Otro factor que los hizo volver a algunos fue el no tener un propósito claro, de igual modo se intensificaron sus deseos de irse al percatarse que las hambrunas y las enfermedades sexuales como por ejemplo la sífilis arrasaban en la Isla Española.

Pero entre las tantas quejas de las esposas hubo algunas que llegaron principalmente a oídos del rey Fernando. Una de las tantas querellas que caló en la sensibilidad del monarca fue la situación de una mujer al parecer recién casada que fue abandonada por su esposo.

Entonces el rey estando en Medina del Campo el 20 de junio de 1497 le manda una orden directa a Cristóbal Colón para que este mandase a buscar de urgencia al esposo de la mujer, quien era un colono llamado Alonso Nieto.

Los Reyes Católicos se dieron cuenta de que muchos de los hombres tenían necesidad de mujeres y mandan una orden el 29 de marzo de 1503 para evitar “el pecado” y promulgar el adoctrinamiento cristiano a que los hombres se casen con las tainas por la iglesia. Otro caso se dio en la ciudad de Santo Domingo en agosto del mismo año donde murió el maestre Vizcayno y al parecer su esposa en España demandaba quinientos pesos de oro. Ese dinero que él había dejado, trajo un malentendido entre Nicolás de Ovando y el conde de Cifuentes, quizás por el tema de dos esposas.

Tal conflicto fue resuelto en favor de la esposa en España por vía de la intervención de la reina Isabel. Estos problemas siguieron persistiendo en la colonia hasta que el mismo Nicolás de Ovando a raíz de los conflictos con los abandonos a las esposas y las relaciones a distancia decidió proponerle al rey Fernando que los hombres vinieran con sus familias a la Isla Española.

A esta propuesta le respondió de manera favorable el monarca a Ovando en febrero de 1505, en tal carta le estipula lo siguiente: “A lo otro que desys de los casados que aveys mandado venir para que lleven sus mugeres o no tornen allá, esta bien hecho e acá se proueera para que los que las quisyeren llevar las apremien a yr con ellos.”

En conclusión, hay un montón de casos similares a estos durante los primeros veinte años de la colonia.

Los españoles al principio de la colonización vinieron a la isla Española sin sus mujeres y esto le dio paso al mestizaje. Tal mezcla trajo consigo el esparcimiento de la sífilis por España y otras partes de Europa.

Esta enfermedad era conocida en aquella época como “el mal francés”, y relata Hernando Colón que cuando su padre (Cristóbal Colón) llegó en el tercer viaje a la isla en 1498 muchos habían perecido por enfermedades.

Pero además de Hernando, también dos de los cronistas más reconocidos en aquel momento afirmaban lo mismo, como lo fueron Bartolomé de Las Casas y Gonzalo Fernández de Oviedo, los cuales mencionaron que Colón en sus viajes desde América a Europa llevó la sífilis entre sus tripulantes.

Esto nos hace pensar que los responsables de este contagio en su gran mayoría fueron quizás los aventureros que querían explorar sexualmente con las indias mientras estaban en una especie de exilio voluntario.

*El autor es dominicano, historiador, profesor en Albany, Nueva York.



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