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Alentador compromiso

Finalmente parece que alguien se muestra comprensivo con la amenaza que representa para la estabilidad política, el desarrollo económico y la seguridad de los dominicanos, la descomposición en todos los órdenes predominante en Haití.

“La inestabilidad en Haití representa una amenaza para la seguridad de la República Dominicana y también para los Estados Unidos”, afirmó ayer la embajadora Leah Francis Campos, durante su participación como oradora invitada ante la Cámara Americana de Comercio.

Líderes, entidades, organizaciones y el Gobierno dominicano han dicho durante bastante tiempo que ninguna institución haitiana tiene hoy día las fuerzas para detener el derrumbe en aquel país.
Y tienen toda la razón.

Cualquiera que haya examinado la realidad haitiana, así sea a partir de la administración del presidente Jovenel Moïse, puede hacerse una idea de la clase de tarea que representa el tratar de salir del profundo agujero a donde han ido a dar Estado, instituciones, líderes y población.

Cualquiera medianamente enterado sabe que el deslizamiento hasta el fondo del profundo agujero en que hoy se encuentra Haití antecede con mucho a la administración del asesinado Moïse, pero en su gobierno hizo crisis.

El compromiso material y humano de los gobiernos y las instituciones internacionales es inevitable.
Aspirar a que República Dominicana se convierta en la válvula para liberar la presión social y política en Haití es condenar a un pueblo con debilidades todavía significativas a la misma suerte de aquel al que se le quiere tender la mano.

Es alentador el compromiso anunciado por la embajadora Campos ante su auditorio, compuesto por empresarios y funcionarios, de tratar el tema con el presidente Luis Abinader y líderes del sector privado, de explorar vías de minimización de los riesgos para el pueblo y la nación dominicanos, a la vez que propendan a la estabilización de Haití.
Bienvenida sea su buena disposición.

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