Definitivamente habrá un ajuste de los precios de los combustibles este fin de semana. Esa información se produce fruto de la baja de los precios del barril de petróleo en el mercado global.
Los efectos de esa situación deberían incidir en toda la economía del país. De combustibles se nutren todos los sectores que, de una u otra forma, traspasan los costos a bienes y servicios, incluidos los productos básicos de la canasta familiar.
Por tanto, una reducción en los precios de los carburantes debe repercutir en todos los demás productos.
Hay sectores del país que se comportan como mundos paralelos. De ahí que los bajos precios de los combustibles no se sienten en otros renglones, como por ejemplo la factura eléctrica, el transporte y los productos alimenticios.
Hay que ver más lejos y ensayar una actitud de Estado, convocando a que los sectores que se beneficiarán con la baja de los combustibles también produzcan una variación significativa en los bienes y servicios de consumo masivo. A todos los niveles el país debe percibir, en los próximos días, una revolución de precios.