En los últimos años hemos tenido varios periodos de prolongadas crisis en la producción y suministro de agua potable como consecuencia de sequías.

Eso indica que debemos prepararnos para convivir con esos fenómenos que, como consecuencia del cambio climático, podrían hacerse más frecuentes.

La CAASD revela una cifra alarmante: los dominicanos consumimos más del doble de galones de agua que el promedio mundial.

Por tanto debemos reducir el consumo de agua eliminando el dispendio.

Pero no basta con eso.

También hay que proteger las fuentes de producción de agua, incluyendo las cuencas de los ríos y los ecosistemas donde la naturaleza produce el líquido.

El dominicano, poco a poco, se ha ido sensibilizando en el tema ambiental, lo cual ayuda a que como nación se reconozca que el agua es un bien perecedero y al mismo tiempo vital.

En lo inmediato nos toca hacer uso racional del agua que nos llega y prolongar esa cultura más allá de la crisis actual, pues debemos bajar sustancialmente el promedio de consumo de agua por día por persona.

También toca recuperar las cuencas de los ríos, muchas de los cuales han muerto de manera irremediable como consecuencia de la devastación humana.