Agricultura en tiempos de la pandemia
La pandemia por el Covid-19 ha obligado a los humanos a tirar la mirada hacia lo básico en muchas áreas de la vida.
Las prácticas más efectivas para contener al virus son asuntos tan simples como lavarse las manos, mantener distancia física, usar mascarillas y evitar aglomeraciones.
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Jabón, mascarillas y alcohol son las herramientas más eficaces contra un virus que ha arrodillado al mundo, incluyendo a las grandes potencias económicas y militares.
En materia económica el panorama no es muy distinto, aunque sin obviar un sinnúmero de recursos propios de la post modernidad.
Veamos a qué nos referimos:
Un principio elemental indica que en tiempos de crisis económicas, como por ejemplo la ocurrida tras la gran depresión de 1929, el gasto público impulsa la reactivación.
De igual manera, las poblaciones necesitan garantías de la seguridad alimentaria, lo cual solo es posible con la producción de alimentos.
La economía de servicios (turismo) y tecnología son parte de una realidad económica de estos tiempos y, por lo tanto, tampoco pueden quedar fuera del tren de la reactivación.
Una crisis como la actual tiene la complicación adicional de que se debe caminar en todas las direcciones de manera simultánea.
En esta oportunidad hay que poner una mirada especial a la producción agropecuaria para evitar que la escasez empuje aumentos de precios de productos alimenticios, en especial cuando el poder adquisitivo se ha reducido por la pérdida de empleos debido a la pandemia.
En este caso, los países requieren una vuelta al origen y priorizar la producción de materia prima, en especial alimentos.
República Dominicana tiene la ventaja de que cuenta con suelos fértiles y ciclos climatológicos que le permiten la autosuficiencia alimentaria.
La producción agropecuaria, esa parte de la economía primaria, es parte esencial en el abordaje de la actual crisis económica derivada de la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19.
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