Mientras juramentamos al nuevo presidente, los ingleses violan los acuerdos internacionales y amenazan con asaltar la Embajada de Ecuador en Londres para hacer preso a Julian Wikileaks Assange, rebeldes sirios mantienen ataques contra el gobierno, China advierte a fuerzas intrusas de parar prácticas militares en sus mares, Bolivia denuncia que Chile tiene un plan secreto para rearmar su ejército, la indignación de los españoles llega al tope y se anuncian grandes manifestaciones contra Rajoy, la lucha de los estudiantes chilenos arreciará ante sordera del Ministerio de Educación y los carabineros (fuerza represiva de mala ralea) siguen golpeando menores de edad y pobladores mapuches en evidente práctica pinochetista.
Y hay más en el conmocionado mundo: peleadas elecciones en USA y otra anunciada pela le dará Chávez a la derecha de la República Bolivariana de Venezuela. Gracias a los recursos electrónicos, incluso, pudiéramos conocer a profundidad cada suceso mencionado, algunos de ellos con incidencia en nuestro país.
Mientras todo eso ocurre afuera, aquí adentro nos entretenemos con analistas y agoreros que anuncian sus predicciones, van desde los populares callejeros agarrados a mansalva por el lente rápido de un noticiero, hasta los más encumbrados doctores en economía, finanzas, sociología, astronomía y astrología.
Por los comentarios, anécdotas, análisis, proyecciones y fotos, siento una escasa visión política entre nuestros comentaristas, un desesperado deseo de adivinar y en lugar de hablar de las expectativas de cada sector un cierto espíritu farandulero asoma.
Y no es posible establecer dónde estaremos parados dentro de 6 meses sin conocer los lanzamientos del nuevo pitcher Medina, evidentemente diferente al anterior. Sumarle el componente internacional a la situación nacional hace más complejo y poco probable la fórmula pitonisa que muestran nuestros comentaristas. Hablar menos, observar más y procesar la data para saber por donde irá la carretera que abrirá Medina en su anunciado intento de sacar de la pobreza a cientos de miles de dominicanos y dominicanas.
Mientras tanto, sigamos jóvenes, que el camino es largo, sin prisa, sin pausa, con decisión y sin discutir con los pasajeros que después le cogen la seña.