*Por Glenn Davis
En medio de la crisis sanitaria por la que atraviesa el mundo por el Covid-19, en la República Dominicana han surgido interesantes debates, pero ninguno ha cobrado tanta fuerza como el de si se entrega o no a los trabajadores un porcentaje del capital acumulado en las AFP, y así puedan palear un poco sus necesidades durante el Estado de Emergencia.
Como era de esperar y sin que sea necesario contabilizar, una amplia mayoría de esta clase hoy grita a los cuatro vientos que le entreguen su dinero, y con sobrada razón porque de hecho lo es. Incluso, hay aquellos que hasta se han frotado las manos con la seguridad de que tendrán acceso a este dinero.
¿Y es tan fácil hacerlo como decirlo o tan si quiera pensarlo? Quisiera que lo fuera, lo correcto es que lo fuera y lo justo también sería que lo fuera. Lamentablemente, no es así.
Recientemente, en uno de mis diálogos vía Instagram Live, conversaba con un legislador, quien me explicó el engorroso y extenso camino, que habría que recorrer para intentar lograr convertir una iniciativa populista de algunos de sus colegas y el deseo de cientos de miles de trabajadores en una realidad.
Frases como; “que me den lo mío ahora, yo no sé si llegue vivo a esa edad” o “esos son mis cuartos, yo decido que hago con ellos”, llueven cada día por doquier con tan solo decir AFP. A simple vista, estos razonamientos provienen de quienes están pensando con la barriga, que a su vez ignoran que las carencias y necesidades abundan y los recursos son limitados.
Todos sabemos que nos descuentan, pero qué porcentaje de nuestros salarios. Algunos de los que hoy reclaman su dinero de los fondos de pensiones, sabe con exactitud, quiénes lo administran. Ya saben qué porcentaje recibirán mensualmente al jubilarse, y si éste la garantizará la calidad de vida que desea tener hasta el último día de su existencia. Estoy seguro que no.
A la fecha un solo diputado ha intentado jugar el papel de llanero solitario, enfrentando en varias ocasiones el tema, buscando una modificación a la Ley 87-01. Por qué los colegas de este diputado no lo han apoyado antes y ahora surgen como defensores de la clase trabajadora del país, abogando que se le entregue el 30% de sus aportaciones. Sencillo, esta acción obedece al populismo rampante en medio de una campaña electoral.
La tarea de levantarse y constituir si es necesario un movimiento nacional que exija una reforma a esa ley, donde los beneficios mayores vayan dirigidos a los trabajadores queda pendiente.