Santo Domingo.- A medida que las industrias continúan alejándose de los combustibles fósiles y acercándose a la sostenibilidad, muchas empresas de bienes de consumo empaquetados (CPG) se han comprometido a vender productos que tengan un menor impacto en el medio ambiente. La iniciativa surge a partir del creciente interés en la economía circular y la aceleración de las tecnologías de reciclaje emergentes que se suman para complementar al antiguamente conocido reciclaje mecánico.
De acuerdo a McKinsey & Company, estos compromisos tienen impacto sobre una gran parte de los productos de plástico que las personas usan o encuentran en la vida cotidiana, incluidos los materiales de embalaje, como botellas, tapas, bandejas de comida y envolturas de películas flexibles. Como resultado, la demanda de polímeros circulares está aumentando rápidamente, pero los anuncios de capacidad necesitan igualarse al crecimiento de la demanda.
“Existe un interés genuino por parte de las empresas en lograr que cada día sus procesos de industrialización sean más ecoamigables y el reciclaje avanzado ofrece una posible solución al complementar tecnológicamente a el reciclaje mecánico, que si bien ha sido eficaz en los últimos 30 años, depende mucho de la clasificación, limpieza y limitaciones estructurales como reservas de propiedades materiales que permitan un producto reelaborado”, explica Antonio Novas Garcia, socio y gerente de McKinsey & Company en República Dominicana.
La firma explica que el reciclaje avanzado no solo puede expandir los tipos de plásticos que son reciclables, sino también, producir plásticos que tienen distribuciones de peso molecular personalizadas y comonómeros que son adecuados para aplicaciones de alto valor, como empaques flexibles para alimentos. No obstante, la capacidad es limitada mientras muchas tecnologías continúan desarrollándose.
En el plano nacional, según reportes de la Oficina de Reordenamiento del Transporte (Opret), en 2021 se reciclaron 266,955 envases de Tetra Pak, latas de aluminio y botellas plásticas en las instalaciones del Metro de Santo Domingo, siendo el material más reciclado la botella plástica con 183,369 envases, seguido de las latas de aluminio con un total de 52,562 y envases Tetra Pak con 31,024.
Por otro lado, la Dirección de Innovación y Proyectos Especiales de la Alcaldía del Distrito Nacional recolectó en 2021, un total de 1,042,000 botellas plásticas a las que sumó 1,614,000 en una segunda jornada de recolección durante enero de 2022, como parte de una iniciativa en la mejora de la gestión de reciclaje y residuos sólidos. Los residuos fueron procesados con Recybot, la primera máquina recicladora automática creada en el país.
Batallas imprescindibles para el reciclaje avanzado
“El reciclaje avanzado seguirá creciendo y desempeñará un papel crucial para satisfacer la demanda de polímeros reciclados, incluso, podría satisfacer del 4 al 8 por ciento de la demanda total de polímeros para 2030 con una inversión capital de más de $40 mil millones durante la próxima década; parece una pequeña porción del mercado total de plásticos, pero representaría un crecimiento significativo sobre el casi cero por ciento actual”, analizó Novas.
Las asociaciones entre cadenas de valor, como los acuerdos de suministro de MRF y los contratos de compra garantizados, también podrían fortalecer la trayectoria de desarrollo del reciclaje avanzado. La combinación de primas ecológicas sostenidas, escalamiento tecnológico y asociaciones de cadenas de valor podría alentar aún más la inversión. En este punto, los desarrolladores de tecnología han anunciado más de 20 proyectos de reciclaje avanzado en los últimos años, a menudo en asociación con actores petroquímicos.
Las recientes promesas y compromisos climáticos de las empresas, subrayan la urgencia de tomar medidas en torno al reciclaje avanzado para cumplir con las expectativas de los consumidores. En los próximos años, un mayor uso de tecnologías de reciclaje avanzadas podría ser beneficioso para las empresas que pueden proporcionar materiales reciclados de manera constante y para los consumidores que están motivados para comprar estos productos. En última instancia, estas tecnologías beneficiarían al medio ambiente y mejorarían la cadena de valor del reciclaje de plásticos.