Santo Domingo.- Dos expertos en materia de educación advirtieron que la baja calidad en el sistema de la enseñanza preuniversitaria del país afecta su nivel de competitividad en el orden económico, a la vez que constituye un obstáculo en la lucha contra la pobreza y la desigualdad social.
Edwin Caraballo director Ejecutivo de Acción Empresarial por la Educación (EDUCA), y la exministra de Educación Josefina Pimentel lamentaron que pese al esfuerzo que ha hecho el país para financiar la educación preuniversitaria, con la asignación del 4% del Producto Interno Bruto, esos cuantiosos recursos no hayan repercutido en la mejoría de la calidad educativa.
Caraballo y Pimentel coincidieron en que existe la necesidad de revisar todo lo que se ha hecho hasta ahora, y adoptar los cambios que sean necesarios para revertir esa situación.
Entrevistados por Héctor Herrera Cabral en el programa D´AGENDA que cada domingo se difunde por Telesistema canal 11, los expertos se mostraron de acuerdo en que, para emprender acciones tendentes en mejorar la calidad educativa, se debe contar con el concurso de todos los actores que intervienen en ese sector.
A la exministra de Educación Josefina Pimentel le preocupa que el Estado dominicano haya entregado a esa cartera un billón, 553 mil millones de pesos en los últimos diez años, y eso no haya repercutido en una mejoría en la calidad de educativa.
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Deploró que en el país tenga una escuela pública cara pero muy deficiente, que repercutirá negativamente en el desarrollo económico y social, y que perjudicará, principalmente, a los hijos de las familias pobres.
La educadora puso como ejemplo que en el año 2012 el presupuesto del ministerio de Educación fue de RD$58,000 millones, inmediatamente llegó el 2013 eso se duplicó a 100,000 millones de pesos, este año está recibiendo RD$275,000 millones, es decir, un 298% más de lo que recibió el último año previo al 4%.
“Eso significa que esa cuantiosa suma de recursos tendrían que tener un impacto que mejoraran cualitativamente el sistema, y esa fue la hipótesis, y esa fue la apuesta de la ciudadanía, de los partidos políticos, de los líderes gubernamentales, de los economistas, y de la ciudadanía en general”, recordó la maestra.
Agregó que es momento de analizar la situación por la cual, pese a esa cantidad de recursos, la calidad de la educación se ha estancado, y hasta podría decir que está en una especie de involución.
“Para nosotros entender la problemática educativa, y sobre todo explicar sus resultados, los expertos explican que hay tres variables fundamentales que son las que explican la variabilidad, la varianza entre un sistema educativo y otro”, aseveró.
Dijo que en primer lugar están las grandes líneas que son las políticas que trazan los gobiernos, los elencos ministeriales, dirigenciales, los dirigentes, los líderes, los técnicos, y que se suponen que orientan el accionar en un mediano y largo plazo de un sistema educativo.
“Otras variables importantes son los procesos pedagógicos de aulas, las políticas orientan, pero ellas solas no desarrollan la acción de educar, no gestionan los procesos, sencillamente ellas trazan las líneas, y finalmente las variables contextuales que tienen una importancia enorme”, detalló.
Precisó que lo que sucede en el aula, que es donde se produce el hecho educativo, es la variable fundamental para explicar si ha habido o no aprendizaje.
Lamentó que los procesos de gestión del aula no cuentan con ningún monitoreo, sin acompañamientos ni evaluaciones precisas de lo que realmente están aprendiendo los niños, porque no hay una evaluación.
“Qué es lo que están evaluando los maestros, eso es lo que me preocupa, cómo es que un niño llega a sexto grado de primaria, a los 10 años, sin saber leer, ni comprender lo que lee, apropiadamente, pero ese niño transitó seis años más algún ciclo del nivel inicial, entonces esa es la gran pregunta que tendríamos que hacernos”, se cuestionó Pimentel.
Advirtió que, “entonces, esa escuela que nosotros estamos desarrollando, no es la que debe ser, porque esto va repercutir negativamente en el futuro, una mala formación repercute negativamente en el desarrollo económico y social del país”.
“Lo que más preocupa a mi es la inequidad, porque más mal que bien los muchachos que provienen de familia de mayores recursos los pueden enviar a una escuela donde haya mayor control, y responsabilidad por los resultados, que es lo que no hay en las escuelas públicas, el hijo del pobre va a una escuela cara pero muy deficiente”, lamentó.