El primer contacto con el arte barroco lo tuvo hace dieciséis años y, desde ese momento, se convirtió en una influencia para sus diseños de tatuajes realistas.
Adrián es de esos artistas natos que van tras la perfección y profesionalismo en su área.
Sin duda, un amante empedernido del arte que se preparó para conocer a profundidad la pintura, para luego fusionarla con el tatuaje. En pocas palabras, hacer de la realidad un dibujo plasmado permanentemente en la piel.
Pero lo que llama la atención de sus trabajos como tatuador es el estilo inspirado en el arte barroco que lo lleva a imitar grandes obras. Para quienes aman la pintura, valoran sus diseños y el hecho de tener un artista que los transporte hacia esa época.
«Este estilo surge después del renacimiento y se caracteriza por acabar con esa figura idealizada del período anterior, para retratar la vida como era realmente en esa época. Estos pintores recreaban escenas de la vida cotidiana, composiciones con mucho movimiento, un estudio magistral de la luz donde esta se posa sobre los protagonistas de la misma, generando ese efecto teatral que parece capturar el momento justo o cúspide de una acción», explica el hacedor de obras basadas en realismo.
El proceso para realizar un diseño tiene que ver mucho con el estilo que desea la persona, así que el artista toma en cuenta diversos factores: “Este tipo de tatuajes los hago en más de una sesión. En la primera, busco dar una capa de pigmento donde consigo una base y, al cabo de un mes de cicatrización, repaso y doy otra pasada de pigmento por la zona, algo parecido a lo que sería una veladura en la pintura al óleo. Puedo dar dos, tres o cuatro de estas, hasta sentirme conforme con el resultado.
El tattoo, a diferencia de la pintura u otras técnicas de ilustración, es un trabajo en equipo porque lo estamos haciendo sobre la piel de alguien. Por eso, la confianza que deposita esa persona en mí es esencial”, agrega.
Además de Latinoamérica, dicho estilo lo dio a conocer también en Dinamarca, Alemania, Suecia, Francia y España, donde ha tenido la oportunidad de ser invitado a las más importantes convenciones de estos países. Rod se considera una persona con «mucha voluntad», «disciplina» y «perseverancia», virtudes a las que le atribuye la consolidación que ha logrado.
El artista promesa llegó a la industria para dejar un legado e imponer un nuevo concepto del tattoo en la nueva generación.